La lista conocida como “Top500” nos muestra dos veces por año cuáles son los superordenadores más poderosos del planeta. Y hasta donde la última actualización nos permite ver, los chinos van ganando. Sin embargo, el sistema en cuestión está compuesto por hardware proveniente de los Estados Unidos. El próximo objetivo es crear un superordenador con hardware completamente desarrollado en territorio chino, y aunque no será el más poderoso del globo, tiene el potencial para convertirse en el más eficiente.
Tal y como lo ha hecho durante décadas, la lista Top500 recibe sus actualizaciones en los meses de junio y noviembre. Todavía no hay datos sobre el 2011, y habrá que esperar unos tres meses para ver los cambios reflejados en forma oficial. Por ahora, el superordenador más rápido del mundo es el Tianhe-1A, estacionado en el Centro Nacional de Supercomputación, en la impresionante ciudad de Tianjin, una de las cinco “Ciudades Nacionales Centrales” de China. Esta bestia alcanzó un nivel de rendimiento cercano a los 2.57 petaflops, barriendo el piso con el Cray Jaguar ubicado en Oak Ridge. El Tianhe-1A cuenta con más de catorce mil procesadores, y más de siete mil chips de vídeo Nvidia que potencian aún más su capacidad de procesamiento. Sin embargo, el Tianhe-1A está basado en componentes extranjeros, y si bien es un fantástico logro de ingeniería informática, no cuenta con ese toque “100 por ciento nacional” que los chinos buscan.
La respuesta a esto no será otra sino la nueva generación de procesadores Loongson, de los cuales ya hemos hablado en el pasado. A principios de 2010, sólo existía el ejemplar L3A01 de la serie Godson-3, pero ahora llega el nuevo Godson-3B, con un total de ocho núcleos en su interior. Si observamos de cerca sus especificaciones, el Godson-3B parece bastante humilde, con ocho núcleos operando a 1 Ghz de reloj, utilizando la ya clásica arquitectura MIPS64, y un proceso de fabricación de 65 nanómetros. Sin embargo, la eficiencia de este chip es impresionante, llegando a 3.2 gigaflops por cada vatio. Dentro de poco, un total de tres mil de estos procesadores serán combinados para formar un superordenador Dawning, el cual se espera que alcance unos nada despreciables 300 teraflops.
Con ese nivel de eficiencia energética, este superordenador rápidamente podría ubicarse como uno de los sistemas más relevantes dentro de la lista Green500, la variante “verde” de la Top500. Y finalmente, sería el primer superordenador hecho completamente con hardware chino. La tendencia hacia sistemas más eficientes y considerados con el medioambiente no sólo puede apreciarse entre ordenadores de escritorio y dispositivos portátiles. Si bien desarrollar al superordenador más rápido seguirá siendo importante, se cree que obtener lo mejor de ambos mundos, o sea, más velocidad con menos poder, será el gran desafío a vencer por parte de empresas y gobiernos.