La titánica batalla que desarrollan los dos gigantes arroja un nuevo tanteo, en esta ocasión, desfavorable para la empresa de Mountain View. El tremendo reto lanzado por Google al gobierno chino derivando su buscador hacia el de Hong Kong para evitar la censura, ha enfurecido a los dirigentes del país asiático, que no ha tardado ni un día en imponer una contumaz respuesta, aunque para ello haya tenido que saltarse sus propias leyes en Hong Kong.
Era de esperar. China no podía permitir semejante desafío por parte de la empresa estadounidense. Tras unos días de lucha a escala planetaria, el gigante chino ha impuesto su censura incluso en una región donde habitualmente no se ejercita. Google no quería aceptar las leyes chinas que le obligaban a filtrar ciertos datos que son políticamente incorrectos para el estado chino, sin embargo, no tenía otra opción si pretendía permanecer en el imperio del gran dragón. La jugada de Google, cuando decidió redireccionar su página china a Google.hk en Hong Kong para esquivar la censura, ha sido rápidamente contestada por el gobierno chino que ha empezado a censurar información sensible que no le interesa que se divulgue por los medios cibernéticos. "Parece que determinadas búsquedas de carácter más sensible están siendo bloqueadas" ha confirmado un portavoz de Google. Se refiere, por ejemplo, a la "matanza de Tiananmen" o el "conflicto del Tíbet".
Google vuelve a tener la pelota en su tejado. Reconocen que en cualquier momento, el estado chino puede bloquear completamente cualquier sistema que parta de la empresa, gmail inclusive. El mercado potencial de China posee cifras mareantes, con 400 millones de usuarios y una economía emergente que apenas le está afectando la crisis. Con esta lucha de titanes, se pone de manifiesto un evento histórico: es la primera vez que una decisión empresarial de este calibre se impone por motivos éticos. Algunos dicen que en realidad Google se permite desafiar a China porque no tienen nada que perder (su cuota de mercado es del 30 %), sin embargo, cualquier análisis serio puede echar por tierra este argumento. El potencial de explotación que tiene la marca estadounidense en tierras asiáticas no puede tacharse de pequeño.
Quizá nunca sepamos las verdaderas razones de esta batalla por la libertad de expresión, pero sea como fuere, Bing, Yahoo y Facebook se han plegado cobardemente a la censura del gobierno chino, mientras que Google ha plantado cara al gigante rojo con una dignidad y una ética sin precedentes. Las pérdidas de la empresa del buscador más famoso del mundo serán cuantiosas si finalmente se marcha de China pero, a cambio, sus activos de imagen de marca impecable y con una honradez fuera de parámetros subirán hasta unas cotas nunca antes alcanzadas por nadie. Realmente sorprendente lo que estamos viviendo con Google.