Arthur Cravan fue un boxeador poeta, que derribó todo tipo de prejuicios y generalidades cuando al salir de los cuadriláteros dedicaba sus tiempos a la bohemia, a la literatura y a escribir una poesía lírica, haciendo honores a su tío Oscar Wilde. El tango clásico también le canta a cuando aquel boxeador elegante los calzaba de cross gracias a la inteligencia de su habilidad física. Sin embargo, nada nos tenía preparados para encontrarnos frente a un deporte que mezcla dos mundos tan regularmente separados como el boxeo y el ajedrez. Chess Boxing: Boxeo y ajedrez en el mismo ring.
Chess Boxing: Boxeo + ajedrez
En cortos rojos y con los tatuajes del pecho al descubierto, se nota encandilado por las luces del cuadrilátero. El público se mueve frenéticamente en sus sillas, pero es como si alguien le hubiera puesto Mute a la escena. En otro incómodo silencio, su contrincante mira hacia abajo, como buscando en sus pies la estrategia para el próximo golpe. Y lo encuentra. Mueve una pieza en el tablero y un cross de derecha lo despierta de la conmoción, casi durmiéndolo de nuevo. Mientras recobra el equilibrio y se para ofensivamente, pronto a contraatacar, sube los puños y baja su mirada. Allí es cuando descubre el error de su adversario: el alfil tiene vía libre hacia la reina. Un movimiento sagaz y listo, el golpe es más certero que un uppercut a la mandíbula.
El chess boxing es la disciplina que puede hacer realidad escenas como estas, donde el poéticamente salvaje encuentro de puños entre dos deportistas se une a la medición intelectual que implica una partida de ajedrez. Un frankenstein deportivo e intelectual de aquellos que unen lo impensado y lo transforman en deporte y espectáculo.
¿Quién fue el inventor del ChessBoxing?
El ChessBoxing fue creado en 1992 por el artista Francés Enki Bilal mientras dibujaba un libro de comics llamado Froid Équateur. El deporte en la vida real recién apareció en 2003 con un torneo oficial que se celebró en Berlín, Alemania. No hace falta decir que el boxeo tiene popularmente a un intérprete que implica lecturas a priori sobre sus capacidades intelectuales. Eso sí, que el prejuicio sobre el ejecutante no nos confunda. Tanto el boxeo como el ajedrez requieren de inteligencia y es en esto donde han confluido para establecer un concepto posible en esta era del remix, de las mixturas, de lo híbrido y de todas esas confluencias positivas para la reformulación de lo conocido; a veces como arte, a veces como filosofía y a veces como actividad social.
Las reglas del ChessBoxing
El deporte en cuestión tiene reglas muy precisas a seguir a raja tabla. En primer lugar, la contienda es a 11 rounds y los boxajedrecistas (por ponerles algún nombre en español) deben alternar entre boxear y jugar al ajedrez. Cada round de boxeo dura 3 minutos y los de ajedrez duran 4. La partida comienza con una ronda de ajedrez que es seguida por una ronda de boxeo. Hay una pausa de un minuto entre cada ronda, en la que los competidores se tranquilicen y hasta puedan cambiarse de ropa.
Para el ajedrez se utilizan las reglas del ajedrez rápido, y un único competidor tiene un total de doce minutos para mover sus piezas repartida durante todo el combate. El tiempo del jugador de ajedrez se mide usando un reloj de ajedrez oficial. Lo impresionante es que el deporte obliga a estar en forma en ambas disciplinas, pues la pelea se gana tanto por knockout como por jaque mate. Eso sí. Nunca hay tablas, pues si ninguno llegó al jaque mate o dejó fuera de combate al otro por la vía física, el encuentro se resuelve por puntos obtenidos durante el transcurso de la pelea, como se hace en el boxeo convencional.
La intensidad de los combates no está comedida por la intelectualidad aparente de quien también se puede sentar frente a un tablero de ajedrez. Los combates son duros y la propuesta es ir a por todo, pero quienes participan de la actividad comentan cómo es que la disciplina combinada los moldea en el difícil arte de pensar en acción.
Asociación Mundial de Chessboxing
Uno de los contendientes más aferrado a la victoria es Tim Woolgar, un boxeador amateur de 40 años que preside la Asociación Mundial de Chessboxing, que cuenta cómo es que la verdadera dificultad está en lidiar con el riesgo físico y al mismo tiempo estar en perfecto balance mental para no cometer errores. Esto se da más a menudo en el boxeo, pero la bajada de adrenalina que hace el ajedrez es bastante compleja, porque es muy probable que la excitación luego del juego físico los lleve a cometer errores. Esos cuatro minutos para jugar al ajedrez no se terminan convirtiendo nunca en descanso, sino en una disciplina más en la que poner la atención porque en caso de cometer un error grosero en el ajedrez y dejar en riesgo a tu rey, tus ganchos y cortos a la mandíbula no tendrán valor alguno.
La ventaja, podríamos decir, está sobre quienes tienen a la fuerza física de su lado y saben boxear, pues si bien es accesible ganar partidas de ajedrez en pocos movimientos, estos pueden no darse en los 4 primeros minutos. Por supuesto, ninguno de los participantes ignora las bases y reglas del ajedrez, por más que algunos sean expertos y otros recién estén dando los primeros pasos como para poder luchar en los dos frentes arriba del ring. La especialización en una u otra disciplina ha llevado a muchos boxeadores a tener entrenadores de ajedrez y lo mismo los jugadores de ajedrez que más se animan. Es así que desde hace algunos años se pide que en los torneos oficiales quienes participan sean ajedrecistas de clase A, demostrable a través del ELO rating (1900-2000 aprox). Uno de los participantes más fuertes del Chessboxing ha sido Arik Braun, que está rankeado como Grandmaster por la FIDE con 2556 de ELO.
Como si fuera una especie de Club de la Pelea menos ilegal, menos sangriento y menos filosóficamente significativo, las sedes de Chessboxing reciben a peleadores de todo el mundo, cuyos trasfondos son bastante eclécticos, por más que muchos provengan de clases medias con actividades profesionales. Entre quienes participan de los torneos y según cuenta Tim Woolgar en el reportaje, podemos encontrarnos con carpinteros y físicos nucleares, así como unos cuantos empleados bancarios y una enorme cantidad de ex boxeadores o personas entrenadas en artes marciales combinadas. “Tiende a atraer a personas que son pensadores originales”, continúa Woolgar. “Tienden a ser espíritus independientes con la habilidad de tomar un desafío al que otras personas temerían. Tienes que tener coraje para ser un chess-boxer, porque estás siendo un poco pionero.