Era el año 2002. Windows XP gobernaba al mundo, las cámaras digitales comenzaban su cruzada, y la mayoría nos conectábamos a la Web a través de cibercafés públicos. Ese mismo año nació Fotolog, un portal que sirvió como precursor de servicios actuales como Facebook e Instagram. Trece años y algunos meses después, Fotolog decidió cerrar sus puertas, aparentemente debido al inevitable abandono de sus usuarios, y la imposibilidad de competir frente a los monstruos sociales de hoy.
Llenar los muros de Facebook con fotos y bombardear cuentas de Instagram una selfie a la vez es algo relativamente común en estos días, pero lo cierto es que hubo movimientos previos con la capacidad de marcar el ritmo social en la Web. Uno de ellos fue el «flogger», al que estoy convencido que muchos de nuestros lectores escucharon nombrar en algún momento. El término no hacía más que representar a una buena parte de los usuarios de Fotolog, un portal pionero a la hora de brindar un pequeño espacio para expresarse libremente y colgar una imagen… que por cierto podía ser de lo que sea, pero el formato selfie se impuso a toda velocidad entre los más jóvenes.
La historia nos dice que Fotolog fue una creación de Scout Heiferman y Adam Seifer en mayo de 2002. En poco más de tres años, logró ubicarse dentro del Top 20 en la Web, y de acuerdo al propio Heiferman, Fotolog llegó a generar cerca de 750 millones de pageviews al mes. En 2007 sus servidores almacenaban más de 200 millones de fotografías compartidas. Su espectacular éxito en Latinoamérica, con especial énfasis en Argentina, Uruguay, Brasil y Chile, dio lugar al nacimiento de «tribus urbanas» como el antes mencionado movimiento flogger, muy fuerte en Argentina hacia el año 2008, el cual organizaba reuniones periódicas a las puertas del centro comercial Abasto Shopping de la Capital Federal en Buenos Aires.
Este repaso a la historia de Fotolog como ancestro de las redes sociales y las selfies se debe a que sus aplicaciones oficiales han desaparecido de Google Play y la App Store, al mismo tiempo que el sitio principal permanece fuera de línea (CloudFlare entrega una versión previa), señales casi definitivas de su cierre permanente. Fotolog reportaba más de 30 millones de usuarios, pero no indicaba cuántos de ellos permanecían activos. El cierre causó molestias entre los usuarios interesados en recuperar las imágenes almacenadas… mientras que la mayoría expresó cierto alivio al saber que sus adolescencias digitales (y las fotos asociadas a ellas) se perdieron en el caos de la red.