Tanto la industria del transporte como el mundo en general esperan que el combustible basado en hidrógeno adquiera una entidad tangible, en la que se pueda disfrutar de precios económicos, superar las barreras políticas y sociales que propicia el petróleo y comenzar una nueva etapa energética de la cual hasta el medio ambiente se beneficie. Cella Energy está poniendo su granito de arena, ya que hace unas semanas ganó un concurso presentando un prototipo de almacenamiento de hidrógeno de bajo costo, que puede hacer progresar bastante el desarrollo de combustible basado en hidrógeno.
La pelea entre qué modelo de combustible liderará el cambio de paradigma tiene contendientes fuertes, el combustible basado en hidrógeno es un sueño que la ciencia mantiene vigente y por el cual muchos laboratorios se están arrancando la cabellera para hacerse con la tecnología adecuada y tornarse como los pioneros de una revolución energética sin precedentes. Decimos esto dado el estado de deterioro del ambiente, las economías dependientes de los vaivenes de los barriles de petroleo y las guerras que en su nombre destruyen a la humanidad. Ante esto, los obstáculos para que el hidrógeno se vuelva viable son innumerables, y uno de ellos es el de la conservación a bajo costo, ya que se requieren cilindros de alta presión y sistemas para enfriarlo y mantenerlo almacenado, que por sus imprácticas envergaduras y elevados precios lo hacen inviable para el consumo en masa.
Con esto en mente, el laboratorio británico Cella Energy acaba de ganar un concurso de ideas innovadoras patrocinado por Shell en donde presento una tecnología que permite almacenar hidrógeno en pequeños y baratos recipientes, acercando la posibilidad de masificación del combustible sintético basado en hidrógeno. Esta tecnología está basada en hidruros complejos integrados a través de nanotecnología y microesferas, que al ser elevados a la temperatura adecuada, producen la energía suficiente para dar funcionamiento a coches y demás vehículos.
La sorpresa y el principal motivo de la premiación fue que este tipo de tecnología basada en hidrógeno podrá ser compatible con los motores actuales de los vehículos sin requerir de reformas, lo que le daría la tan buscada universalidad. A esto hay que sumarle, o mejor dicho, restarle costos, ya que el transporte es más seguro y estable, volviéndose una posibilidad real la carga de este tipo de combustible basado en hidrógeno en estaciones de servicio convencionales. Incluso mezclándose con la propia gasolina basada en petroleo. El precio, en este caso se reduciría a lo que hoy en día podríamos traducir a 50 céntimos de euro el litro.
La tecnología utilizada por Cella Energy en el Rutherford Appleton Laboratory permitiría además, que las emisiones de CO2 se redujeran a cero en los vehículos más contaminantes, ya que este tipo de energías en creación son limpias en su totalidad y contribuyen a mantener las regulaciones de contaminación vigentes en la Unión Europea y en el resto de los países desarrollados. Habrá que estar atentos a cómo sigue la historia de Cella Energy y este gran paso en materia de energía que, de salir bien, traerá grandes repercusiones a nivel global.
