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Cameo: Mensajes personalizados de estrellas (y la insoportable levedad del ser)

Cameo

Si alguna vez te preguntaste eso de “qué habrá sido de la vida de (inserte artista que alguna vez gozó de cierto renombre pero ahora no se lo ve por ningún lado)” , lo más probable es que lo encuentres en el sitio Cameo, un verdadero cementerio de reliquias otrora populares. Un lugar triste y desangelado, en donde  enanas blancas que ya no adornan el firmamento se dedican a grabar mensajes personalizados por apenas un manojo de dólares. 

Cameo fue un duro golpe a mi estado anímico. Me dolió directo en el existencialismo. Ahí, al lado de ese pedacito de nihilismo que no he podido erradicar a pesar de mis mejores esfuerzos. No debería, en realidad. A simple vista es un servicio sin vueltas, que busca ser el intermediario entre personajes famosos y sus fans. Una plataforma en la que aquellos con algún tipo de renombre se pueden inscribir para vender mensajes personalizados (grabados con sus smartphones) a quienes estén dispuestos a pagarlos. No difiere mucho de lo que se pueden ver en las exposiciones de cómics, cine y otras cosas nerd, donde hay un lugar especialmente diseñado para que un grupo de creadores pongan sus mesitas con la esperanza de vender alguna foto o autógrafo.

Por 115 dólares la despampanante Katee Sackhoff (Battlestar Galactica) te graba un mensajito con lo que quieras que diga. Rick Harrison es un poco más barato.

Pero, lo dicho, me agarró con la guardia baja, sufriendo de incertidumbre. Porque la pregunta es… si estos tipos, que en otro momento lo tuvieron todo, eran reconocidos mundialmente, que cobraban en una semana lo que la mayoría de nosotros no ganábamos en un año, hoy tienen que vender saluditos por teléfono por un dinero que suele promediar los 150 dólares, ¿qué queda para el resto de los mortales? 

No todos son lo que se dice estrellas, claro.

Y es que tener tantos de estos personajes, todos tan juntos, con sus precios visibles como si fueran parte de un mercado de segunda mano, sumando a eso su evidente desesperación por generar ingresos en base a lo que alguna vez fueron, me causó muchísima pena… y miedo. Porque en realidad no hay nada que me parezca mal con el servicio que brinda Cameo. Es una plataforma interesante y hasta recomendable. Pero sí me enfrentó con mis miedos más profundos, con lo nimio, con lo frívolo, con lo insustancial y, por sobre todo, con lo desechables que somos todos. Obligados a mendigar por monedas y atención a medida que nuestra luz se apaga, si acaso alguna vez brillamos.

Chris Kattan, el compañero de Will Ferrell en “A Night at the Roxbury”, por 100 dólares. Tommy Chong fumando marihuana cuesta 50 dólares más.

Qué se yo. No me hagas caso. Si quieres un saludito personalizado de alguna de las estrellas de Cameo, pasa por el sitio oficial y deja algún dinerillo. Tienes deportistas, youtubers, influencers, actores, directores, etc. No todos son tan famosos tampoco, pero hay bastantes. Ideal para hacer regalos inesperados o para presumir ante tus amistades.

Sitio oficial: Cameo

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