En el marco de la octava jornada de la XIII Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), que sesiona desde hace una semana en la isla indonesia de Bali, Estados Unidos rechazó el borrador propuesto para evitar el calentamiento global. En él se fijaban topes a las emisiones de gases de efecto invernadero, principal causa de esta amenaza.
Una década ha pasado ya desde que se firmó el protocolo de Kioto, que expira en 2012. Lo allí acordado será reemplazado por lo que se decida en Bali. Diez años han transcurrido, y los efectos desastrosos que tienen los gases contaminantes sobre los distintos ecosistemas son cada vez más visibles. En estos años hemos visto huracanes con una fuerza (y número) como nunca se habían registrado. Poblaciones enteras han desaparecido bajo las aguas.
Los científicos creen que estamos a tiempo de tomar las decisiones correctas para evitar que el problema sea irreversible. Sin embargo, y aunque al ciudadano de a pie le cueste comprenderlo, las reglas dictadas por la economía y las leyes del mercado impiden que se tomen las medidas necesarias.
Las delegaciones reunidas en la Cumbre del Clima, en Bali, aseguran que abundan las presiones para renunciar al proyecto de reducir las emisiones contaminantes de aquí a 2020. Uno de los objetivos fundamentales propuestos en esta octava conferencia es lograr el recorte de estas emisiones entre un 25 y un 40%, pero los negociadores estadounidenses han expresado su rechazo a comprometerse con cualquier tipo de plan que obligue a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pese a todos los buenos deseos y la confianza en el éxito de la cita de Bali expresados en Oslo por el presidente del panel para el Cambio Climático, Rajendra Pachauri, mientras recibía su Premio Nobel de la Paz; y pese a todo lo que ha hecho para la difusión de este problema mundial su compañero, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore, no parece que los resultados de la cumbre se correspondan con esos augurios.
La organización Greenpeace alertó por medio de un comunicado, de que los gobiernos de Canadá y Japón apoyan la postura estadounidense y que planean bloquear las negociaciones. La organización ecologista asegura haber obtenido una copia de la estrategia política canadiense, en la que se observan “tácticas deliberadas para bloquear la negociación”.
Por su parte, Harlan Watson, el jefe de la delegación norteamericana, explicó que si “se eliminan los compromisos de reducción de emisiones del texto final, será mucho más fácil un acuerdo que incluya a todos los países”. Las declaraciones de Watson no permiten visualizar un final fácil a las negociaciones. Recordemos que EE.UU. junto con China son los máximos contaminadores del planeta.
Mientras tanto, los países más pobres acusaron a las naciones más industrializadas de “no cumplir con los compromisos adquiridos en materia de transferencia de tecnología”. Estos acuerdos eran probablemente el mecanismo más efectivo para combatir el cambio climático.
Además de las reducciones en las emisiones de gases contaminantes, en Bali se están debatiendo los mecanismos a implementar para la mitigación de sus efectos, la adaptación al cambio climático y las formas de financiar los desastres que se provee van a ocurrir.