El mundo debe reducir las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero al menos en un 80%, porcentaje mayor al que se creía, para tener alguna posibilidad de modificar la curva de crecimiento del calentamiento global.“Las posibilidades de que logremos con éxito una disminución de la temperatura global de 2 grados Celsius antes del 2050, si restringimos ya en un 80% la emisión de gases perjudiciales, son de un 50%”, declaró Nathan Rive, del Center for International Climate and Environmental Research en Oslo. Esta disminución de 2 grados devolvería la atmósfera a la temperatura que tenia en la era pre-industrial.
“Cualquier demora en la implementación de políticas de reducción en la emisión de estos gases puede hacer inalcanzable el objetivo de hacer descender la temperatura en 2 grados”, según ha dicho Steffen Kallbekken en una entrevista publicada en Climatic Change.
Esta reducción del 80% debe provenir de las naciones más ricas, que son las responsables de la mayor parte del volumen de gases emitidos. Estos gases, que colaboran en la indeseable tarea de atrapar el calor solar dentro de la atmósfera terrestre, provienen de la quema de combustibles fósiles utilizados por los automóviles, plantas generadoras de energía eléctrica, industrias, etc. El recorte debería ser hasta el 95% si queremos tener en el 2050 los mismos niveles que existían antes del 2000.
Los países en desarrollo, como China, India, Brasil e Indonesia, donde las emisiones están creciendo al ritmo de la economía, también deberían planificar sus niveles de emisión de gases.
Algunas de las naciones más industrializadas, y por ende las más responsables en el problema del cambio climático, se han mostrado en contra de los recortes. El argumento empleado, tal el caso de los Estados Unidos en el Ptotocolo de Kyoto, es que tales disminuciones en la emisión de gases tendría efectos perjudiciales en su economía.
Resulta paradójico: las medidas que no se adoptan hoy para proteger la economía pueden ser las responsables de que directamente no exista economía que proteger dentro de 50 años.
Los efectos del cambio climático, que para algunos suenan a algo muy lejano, son palpables ya mismo, en forma de tornados, ciclones, inundaciones y sequías. A menudo, los más afectados son los habitantes de países del tercer mundo que justamente son los menos responsables en la emisión de gases contaminantes.