Hoy en el cine y la tecnología vamos hablar de la cámara Phantom al igual que en el artículo de la Red One, mezclaremos el cine con lo digital. Y, tal vez, pondremos nerviosos a los más puristas.
Quentin Tarantino, uno de los grandes directores contemporáneos dijo que “las proyecciones digitales son como ver la televisión en público”; por eso damos por sentado que en la filmografía de Tarantino no vamos a ver un plano grabado con la cámara Phantom. Pero directores más abiertos a la experimentación lo han realizado y con grandes resultados; es el caso de Lars Von Trier en sus películas Anticristo (2009) y Melancolía (2011) o Johan Horjul en Death Race 2 (2011), Atlantis (2011) y Dredd (2012).
¿Qué es la Phantom?
Es una cámara de alta definición HD de 2K – 4K y alta velocidad que brinda al cineasta una profundidad de campo idéntica a las cámaras cinematográficas de 35 mm. La profundidad de capo se refiere al punto más cercano y más lejano a la cámara en foco nítido y la determina en mayor medida las lentes. La cámara también cuenta con un sensor CMOS de 2,048 x 2,048 pixeles activo. Pero dejando de lado los datos técnicos con la cámara Phantom ahora el ojo humano podrá ver lo que por su genética nunca pudo percibir.
Existen varios modelos de la cámara pero los más destacados son, la Phantom Flex que cuenta con una captura de 2500 FPS (cuadros por segundos), la Phantom HD y la Phantom Gold HD que cuenta con una captura de 1000 FPS, lo que convierten a la alta velocidad en todo un arte. Tanto la Flex como la Gold han mejorado mucho el ruido de la imagen y los niveles de negro (tema pendiente en la alta velocidad). Pero lo más importante de la cámara es que graba las imágenes en una calidad de 1280 x 720, 1920 x 1080, 2560 x 1440 y 2560 x 1600, las mismas son capturadas tanto en tarjetas o discos externos.
La historia de la cámara Phantom
Corría el año 2006 en la ciudad del vicio (Las vegas – USA) y la empresa Vision Research detuvo el tiempo presentando la cámara Phantom, un aparato liviano novedoso, potente y caro, pero no tan costoso como una cámara de 35 milímetros.
Slow Motion
Uno de los usos principales de la cámara Phantom es el Slow Motion gracias a su perfecta unión entre la alta calidad y la alta velocidad. Esta cualidad ha enamorado no solo a directores de cine, sino también a documentalistas, publicistas, productores de televisión para sus retrasmisiones deportivas o series de tv como MythBusters. Incluso es una herramienta indispensable para estudios científico, como por ejemplo la NASA.
Pero siguiendo con el arte y más precisamente con el cine, en el film Melancolía de Lars Von Trier vemos en primer plano a Kirsten Dunst y detrás la caída de unos pájaros, todo esto en slow motion. Tanto el rostro de la actriz como los pájaros tienen un perfecto foco (profundidad de campo); este plano demuestra la perfección de la alta velocidad de la cámara Phantom, siendo una máquina perfecta de la profundidad de campo.
Phantom y Red en el cine 3D
Actualmente grandes directores de la industria cinematográfica se están volcando a producir sus películas en formato digital y escogiendo las cámaras Red y Phantom (muchas veces combinándolas en un mismo film). Con esto se abaratan los gastos de producción, como el costo del material sensible, tanto por la compra del metraje del celuloide, como los aranceles del laboratorio que la cinta conlleva.
Sin duda ambas cámaras hacen una unión perfecta para producir grandes películas a un menor costo, pero agregándoles a los film un valor agregado. Hace unos años que estamos hablando del cine en tres dimensiones, una experiencia nueva que alienta al espectador a ir a ver películas a las salas y no ver en su casa una copia del film en mala calidad. Algunas películas que usaron tanto la cámara Phanton como Red para incursionar en el cine en 3D son The Dark Knight Rises (Christopher Nolan – 2012), The Hobbit (Peter Jackson – 2012) o Ángeles y demonios (Ron Howard – 2009).
La cámara Phantom abre una nueva experiencia de entretenimiento con el uso de la tecnología; gracias a esta novedad podemos disfrutar de películas que hace uno años eran impensadas. Aunque en ciertas obras el uso excesivo de la tecnología a fan del entretenimiento hacen perder la esencia del séptimo arte.