Hace pocas horas hemos visto cómo se utilizó un arma láser con el objetivo de derribar a una nave no tripulada. En esta oportunidad, la tecnología láser es aplicada para tomar fotografías en tres dimensiones a una distancia para nada despreciable. Basándose en el concepto del “time-of-flight”, un grupo de físicos estacionados en la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo ha creado un sistema láser capaz de capturar una imagen tridimensional de un objeto ubicado a un kilómetro.
Vigilancia, rastreo de objetos, detección de movimiento… la tecnología ha avanzado en todos esos campos, pero cada uno de ellos sigue teniendo sus propios límites, comenzando por las dos dimensiones de una grabación de vídeo o una fotografía. Siempre hay una ocasión en la que se pueden aprovechar datos tridimensionales, y para ello existen dispositivos como el escáner 3D. Básicamente, un escáner láser 3D que utiliza el concepto conocido como “time-of-flight” bombardea al objeto que se desea registrar con un láser infrarrojo de bajo poder, detectando el tiempo que le toma a los fotones rebotar en el objeto y regresar al detector.
En otras palabras, la tecnología no es nueva, pero la forma en que la ha aplicado un grupo de físicos de la Universidad Heriot-Watt sí. Su sistema no sólo tiene la capacidad de registrar objetos que no reflejan en gran medida a cada pulso láser, sino que también puede capturar una imagen tridimensional de un objeto ubicado a una distancia máxima de un kilómetro. El sistema es preciso hasta una escala milimétrica, y su sensor puede “contar” fotones individuales, lo que se traduce en una mayor precisión a la hora de establecer y registrar la profundidad en cada imagen.
El sistema detecta longitudes de onda más larga, ampliando la cantidad de superficies sobre las que trabaja. Sus creadores reconocen que debe ser miniaturizado y reforzado a un punto tal que se convierta en una opción portátil viable, y creen que sería posible en un plazo menor a cinco años. Otro dato importante es que no se ha descartado la posibilidad de modificar al sistema para operar bajo el agua, algo que está fuera del alcance de un escáner 3D convencional. Aplicaciones militares, estudio de vegetación y mapeado de minas son tres posibilidades que nos vienen a la mente. Irónicamente, una buena “defensa” contra esta cámara láser 3D es la piel humana, debido a que la piel refleja una cantidad insuficiente de fotones para formar una imagen precisa.