El calendario gregoriano no es la forma más eficiente, ni la más precisa para organizar nuestros días y medir el tiempo. Su permanencia se debe a la enorme la influencia de la Iglesia Católica y a una cuestión de costumbre (después de todo, fuimos criados bajo ese calendario), pero en el pasado se han propuesto diferentes reemplazos. Uno de ellos es el llamado calendario holoceno, creado por el geólogo italiano Cesare Emiliani. En términos sencillos, la idea es añadir diez mil años para recalibrar el calendario a lo que se considera como «el inicio» de la actividad humana.
La definición de «Primer Templo» suele estar asociada al Templo de Salomón, el cual fue construido cerca del año 800 antes de Cristo (otras fuentes lo ubican cien años más atrás), sin embargo, cuando hablamos de la primera construcción avanzada hecha en piedra por el ser humano, es necesario retroceder unos catorce mil años en promedio. El año 12 mil antes de Cristo simboliza lo que muchos expertos llaman «Revolución Neolítica», que vio la transición de la humanidad desde un estilo de vida basado en caza y recolección, hacia uno dependiente de la agricultura, la domesticación, y la creación de asentamientos. Es sin lugar a dudas una parte muy importante de nuestra historia, a un punto tal que se la ha propuesto como el comienzo de la humanidad moderna. (N. del R.: No olvides activar los subtítulos en español para el vídeo.)
Por supuesto, ese punto de vista entra en conflicto con otras interpretaciones, entre las que se destacan las de origen religioso. Sin ir más lejos, el comienzo para el calendario gregoriano es el nacimiento de Cristo, en el calendario islámico es el Hégira (viaje que llevó al profeta Muhammad de La Meca a Medina), y así. Ahora, si tenemos que explorar la adopción de un calendario «científicamente correcto» por así decirlo, uno de los candidatos que se ubica por arriba del resto es el calendario holoceno. Presentado en 1993 por el geólogo italiano Cesare Emiliani, el calendario holoceno toma como punto de partida al inicio de la época del Holoceno, y a la antes mencionada revolución neolítica. Lo más interesante de este calendario, y lo que podría facilitar su adopción, es el hecho de que no requiere modificar la estructura actual de días y meses.
¿Qué es lo que hace entonces? En esencia, agregar diez mil años a nuestro año actual, de modo tal que nos encontramos en el año 12.016 EH (Era Humana). Además de ser más representativo de nuestra historia, el calendario holoceno también busca corregir errores presentes en el calendario gregoriano, por ejemplo, la ausencia de un «año cero», y la nueva información que coloca al nacimiento de Cristo cuatro años más atrás (4 a.C.). ¿Es posible que veamos este cambio en el futuro? Creo que será muy difícil. El calendario gregoriano es como el idioma inglés en la Web, un comodín sobre el cual todos pueden trabajar, pero aún así, el número 2016 es muy engañoso…