BulletStorm no es nada del otro mundo. Se basa en fórmulas viejas que han funcionado desde hace años y sobre eso le agrega una capa de novedad con el sistema de SkillShots, que te ofrece las herramientas necesarias para despachar enemigos de maneras interesantes y divertidas. Luego agrega reglas para que te recompense por utilizar esa mentalidad y finalmente te deja suelto en un planeta que responde a cada uno de tus SkillShots para crear aún más variedades. Y todo eso, es muy divertido.
Con el regreso de Duke Nukem —ahora confirmado— estamos viendo la vuelta de FPS alejados del realismo y la “seriedad”. Otro gran ejemplo puede ser la remake del clásico Serious Sam, seguido de una nueva secuela. Pero no todas son viejas franquicias rediseñadas para la nueva generación, sino que hay nuevos contendientes inspirados en aquellos juegos de antaño, como BulletStorm, que se atreve a ir un paso más allá. Además de ser una parodia de los juegos y héroes de acción, ofrece un concepto interesante que llaman “matar con habilidad”.
Así es, BulletStorm quiere parecer un FPS genérico, pero desde el primer instante es fácil darse cuenta que no es así. Desde su aspecto gráfico, que combina salvajes marines espaciales con espectaculares paisajes utópicos. Y en cuanto a jugabilidad también es fácil darse cuenta de su propia naturaleza, porque tenemos a nuestra disposición movimientos poco comunes en el género, como un látigo capaz de tomar a cualquier enemigo y hacerlo volar por los aires y también la habilidad de patear libremente objetos y personas.
Y a pesar de todas las ganas que tiene el juego de ser parte de las convenciones más traidicionales del género, también tiene una historia que se toma su tiempo en desarrollar, presentando una buena cantidad de personajes de maneras sumamente ridículas. Básicamente ocupas el papel de Grayson Hunt, quien hace años trabajaba bajo las órdenes del sádico General Sarrano. Pero esta relación no terminó para nada bien, luego de que Sarrano le ordenará hacer cosas que iban en contra de su moral. Esa desaobediencia lo hizo terminar con un grupo de mercenarios vagando por el espacio, hasta que un día, vuelven a encontrarse, nave contra nave. Y como Grayson estaba un poco alcoholizado, no tiene mejor idea que estrellarse contra la de su enemigo mortal, lo que hace que se estrellen contra un planeta abandona, repleto de fauna asesina y una suerte de zombies cyberpunks que solo saben matar.
Teniendo en cuenta que todos los personajes no hacen otra cosa más que insultar constantemente y molestarse mutuamente, es muy difícil relacionarse con ellos, pero People Can Fly hizo un buen trabajo en hacer a los malos aún más desagradables, lo que rescata apenas un poquito a nuestros “héroes”. Pero el fallo de la historia no solo tiene que ver con que los personajes no son relacionables, sin que la trama en sí, no es la mejor.
En pocas palabras, la jugabilidad se basa en usar tus habilidades, como las varias armas, patear y el látigo, para llevar a cabo los cientos de SkillShots disponibles. Cada uno de estos tienen nombres y, mientras más alocados son, más puntos entregan. En el menú existen listas de estos logros que te explican cómo conseguirlos, pero no podrás ver todos, porque algunos están disponibles en ciertos mapas o necesitas un arma que todavía no tienes. El único problema es que la estructura con la que desbloqueas cosas se siente muy lineal, como si fuese un camino prediseñado y no algo que desbloqueas por tu propio estilo de juego.
Y la razón por la que todo funciona, es porque alcanzar estos SkillShots no es complicado. Por ejemplo, tienes un látigo que no solo te acerca los enemigos, sino que ralentiza su velocidad de movimiento y te permite apuntar con libertad o alejarlos con violencia con una simple patada. A todo esto le sumamos un gigante y ridículo arsenal de armas, cada una con un segundo tipo de disparo y ya tienes todo lo que necesitas para generar caos a cada paso.
Lo positivo, es que esto no cambia de ninguna manera cómo experimentas con tus armas y el escenario para desbloquear la mayor cantidad de SkillShots posibles. Es verdaderamente divertido pensar nuevas maneras de acabar con enemigos y es un problema acostumbrarse a hacerlo de la misma manera. Esto se debe a que la única manera de avanzar es desbloqueando cosas y eventualmente necesitarás muchos puntos para llegar a las mejores cosas, de modo que se pone bastante complicado llegando al final.
Tal vez algunos puedan criticar que la campaña solo dura seis horas, pero teniendo en cuenta que no podrás desbloquear absolutamente todo en la primera vuelta —y tal vez tampoco en la segunda—, tiene un poco más de sentido que sea tan corta. Además, hay un segundo modo llamado Echoes, que aísla algunos episodios solo para juntar puntos por capítulo. No sirve mucho como experiencia, pero es una gran manera de practicar todas las habilidades que tienes y juntar algunos puntos extra en el proceso.
Sorprendentemente, BulletStorm no tiene un gigante componente multijugador, lo que es un poco decepcionante. El único modo disponible se llama Anarchy y es una especie de Horde Mode de Gears of War. Tú, junto a tres compañeros más, deben defender olas y olas de enemigos y juntar una cantidad de puntos determinada para pasar de mapa. Hay maneras específicas de multiplicar estos puntos, pero es importante trabajar en equipo para poder sacar provecho de ellas. No es malo, pero tampoco ofrece suficiente diversión para durar más de algunos meses.
En definitiva, BulletStorm no es revolucionario de ninguna manera. No se trata de un nuevo amanecer para el género FPS ni nada por el estilo. Aún así, es algo nuevo y muy divertido. People Can Fly hizo todo bien porque nos entregó las herramientas para hacer cosas muy divertidas en escenarios que no solo son espacios libres para hacer lo que queramos, sino que responden a cada uno de nuestros actos ayudándonos a alcanzar SkillShots. Básicamente, BulletStorm es un patio de diversiones. Puedes conseguirlo para PC por €47,90 y Xbox 360 y PlayStation 3 por €68,90.
Puntaje: 86%
Conclusión: No es una revolución, pero le da un gustito nuevo y gratificante al típico FPS ultraviolento.