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Brave: El controvertido navegador que podría sacudir a la Web

Se supone que el software debe brindar soluciones robustas, destinadas a mejorar nuestra experiencia sobre cualquier dispositivo. Los navegadores web se han convertido en una pieza crítica para desarrollar esa experiencia, aunque no todos los proyectos tienen intenciones claras por así decirlo. Brave es un navegador que en teoría dice bloquear la publicidad de los sitios Web, pero en realidad hace algo muy diferente: Reemplazar el contenido con sus propios ads, y quedarse con el 15 por ciento de las ganancias.

A la hora de hablar sobre publicidad en la Web, es muy complicado encontrar un equilibrio adecuado. Por un lado, conocemos bien las razones que llevan a un usuario a bloquear ads, y por el otro, nos vemos en la necesidad de recordar que la publicidad es un recurso vital para que millones de portales y servicios en línea sigan funcionando de forma gratuita (dicho sea de paso, pido a nuestros lectores una humilde excepción para NeoTeo si usan esos filtros). El modelo publicitario en la Web tiene múltiples aspectos por mejorar, algo que el propio creador de los pop-ups admitió en su momento… pero una cosa es optimizar, y otra es convertir a cada anuncio en un campo de batalla.

 

Brave es un navegador desarrollado por Brendan Eich, creador del lenguaje JavaScript y uno de los fundadores originales de Mozilla. Su plan con Brave es ofrecer una plataforma capaz de bloquear publicidad directamente, sin la intervención de extensiones o módulos adicionales. Sin embargo, lo de Brave no es necesariamente un bloqueo. Resulta que Brave Software planea llegar a varios acuerdos con los distribuidores de publicidad más importantes de la Web, lo cual significa que Brave bloqueará ads para inyectar los suyos en cada página. Los voceros de la compañía han dicho que sus anuncios serán menos invasivos y completamente anónimos, pero a cambio de esa «administración», se quedarán con el 15 por ciento de las ganancias. El resto del dinero se reparte en un 55 por ciento para el sitio, un 15 por ciento para la red de publicidad, y el 15 por ciento restante llegaría a las manos del usuario, probablemente a través de Bitcoin, y asumiendo que no desactive el reemplazo de ads (el FAQ confirma esta opción, pero al parecer es opt-out).

El problema más importante de Brave no es su idea, sino cómo planea llevarla a cabo. En términos sencillos, inyectar ads es un procedimiento horripilante, un truco extraído de los grimorios del malware que puede perjudicar seriamente a todos los usuarios. A esto se suma el hecho de que utilizará el historial de navegación para personalizar los ads, lo que arroja las declaraciones previas de anonimato de cabeza al inodoro. Brave ya recibió 2.5 millones de dólares en financiación, y para comprobar que el sistema funciona, necesitará unos siete millones de usuarios. La primera versión estable llegará antes de fin de año.

Escrito por Lisandro Pardo

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