Las ideas implantadas por los medios mezcladas con el desconocimiento han colocado sobre los hackers una etiqueta de criminales que en la gran mayoría de los casos, no tiene nada de cierto. Mientras que en algunos lugares del mundo son perseguidos como delincuentes, en Brasil se los ha llamado para llevar a cabo una de las más importantes operaciones informáticas en la historia de ese país. El gobierno brasileño lleva implementado desde hace tiempo el sistema de voto electrónico, el cual utilizará para las elecciones del año próximo, y consideran necesario comprobar que sea lo más seguro posible para evitar cualquier clase de fraude. Allí es en donde entran los hackers.
Después de situaciones como el esparcimiento del virus Conficker, y con el recuerdo de otros virus que han traído el caos a la informática durante los últimos años, la comunidad en general ha rechazado de pleno cualquier cosa que estuviera relacionada con el término hacker. Sin embargo, un hacker de verdad no se dedica a crear un virus para estropear ordenadores, sino que explora una faceta compleja y misteriosa de la informática como es la seguridad. Básicamente, el hacker busca el desafío de un "candado cerrado" al cual debe abrir sin contar con la llave. Ningún software es perfecto, y algunos de los logros de los hackers han sido impresionantes. Ahora, puede que los hackers de Brasil hayan recibido uno de los mayores desafíos posibles, y todo para defender y reforzar un proceso crítico para la democracia como es el de las elecciones presidenciales.
Brasil elegirá un nuevo primer mandatario el año entrante, y recurrirá el sistema de voto electrónico, el cual ya ha utilizado desde hace años, y que hemos visto en acción durante las últimas elecciones en los Estados Unidos, además de otros lugares como Venezuela e India. Durante el tiempo en que fue utilizado, el sistema no registró ninguna denuncia de fraude, pero para un evento tan importante como una elección presidencial, el Partido de los Trabajadores (que es el partido gobernante con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva) solicitó que el sistema fuera probado de forma íntegra antes de los comicios del año 2010. Por esta razón, el Tribunal Superior Electoral de Brasil emitió una forma de "desafío" a aquellos expertos en seguridad informática que deseen poner a prueba la robustez y solidez del voto electrónico.
Las pruebas serán públicas, y durarán un total de cuatro días. Los hackers podrán trabajar en equipo o solos, y se especula que intentarán atacar diferentes aspectos del sistema como interceptar el voto, bloquearlo para evitar su registro, o cambiarlo por el de otro candidato. Los resultados de las pruebas serán publicados la semana entrante, y el Tribunal ha preparado un premio de 2900 dólares para el hacker que más se acerque o que alcance al objetivo de afectar y/o interrumpir el sistema de alguna forma que pueda perjudicar a los comicios. Esta es una aproximación poco ortodoxa, teniendo en cuenta la relación que guardan la ley y los hackers, pero al mismo tiempo se trata de una excelente decisión. Si se quiere comprobar la seguridad de un sistema, no hay nada mejor que contar con el apoyo y el entusiasmo de la elite en seguridad informática para hacerlo.