La clonación de animales tuvo su “momento bisagra” con Dolly. Desde entonces, los esfuerzos por clonar animales se han multiplicado, e incluso se ha considerado la posibilidad de traer de regreso especies extintas, algo probablemente inspirado en el mediático “Jurassic Park” y sus dinosaurios. Sin embargo, recurrir a la clonación para proteger especies en peligro no pertenece a la ciencia ficción ni mucho menos. De hecho, se trata de una iniciativa del Jardín Zoológico de Brasilia y la agencia gubernamental EMBRAPA. Aunque se ignoran los efectos de la clonación a la hora de preservar una especie en peligro, no se puede descartar el potencial detrás de esta decisión.
Es muy probable que lo recuerden: A finales de junio pasado, “El Solitario Jorge” falleció. Se trataba de una Tortuga Gigante de Pinta, nativa de las Islas Galápagos. Jorge falleció por causas naturales, y todos los intentos previos por lograr que Jorge tuviera descendencia fracasaron. Hasta que no aparezca información adicional, se presume que Jorge era el último de su especie. El Solitario Jorge se convirtió en un icono del esfuerzo de conservación de especies. Existen diferentes tipos de “extinción”, y la intervención humana no es ajena a la palabra. Al mismo tiempo, esa misma intervención humana puede, al menos en teoría, aplicar una técnica como la clonación para salvar una especie. La forma en que se percibía a la clonación cambió notablemente a partir de la oveja Dolly, nacida en 1996. Desde entonces, se han hecho muchos avances en la materia, pero los datos más recientes nos llevan a Brasil, donde se ha anunciado oficialmente la intención de clonar especies en peligro de extinción.
Se trata de un esfuerzo coordinado entre el Jardín Zoológico de Brasilia y la agencia gubernamental de investigación de agricultura EMBRAPA. Los científicos relacionados con el proyecto han reconocido que no planean restaurar hábitats, sino aumentar la cantidad de animales en cautiverio. En total, se han escogido ocho especies de la llamada “Lista Roja” formada por la IUCN. Entre ellos encontramos al jaguar, el aguará guazú (“zorro grande” en forma más genérica), y el tití león negro (o tamarino león negro, dependiendo de la región). Se necesitaron dos años para completar la primera fase del proyecto y recolectar el material genético suficiente (proveniente de animales fallecidos), que asciende a 420 muestras.
La siguiente fase del proyecto se concentrará en el entrenamiento de investigadores en el zoológico. No es la primera vez que una agencia como EMBRAPA cruza caminos con la clonación, ya que se ha concentrado sobre vacas y caballos en los últimos once años. Se trata del primer intento oficial de Brasil en ingresar al campo de la clonación de animales en peligro, pero se ha destacado que otros países, como Estados Unidos y Corea del Sur, ya se encuentran trabajando en proyectos de alcance similar. Sólo bajo circunstancias extremas se considerará liberar a estos clones, y por supuesto, esta segunda fase del proyecto todavía requiere de los permisos correspondientes para proceder. Aún así, se ha dicho que los primeros pasos para la creación del primer clon, podrían manifestarse dentro de un mes.