No es “ciencia ficción” pensar que nuestros ojos muy pronto podrían ser la llave para entrar en nuestras casas, acceder a cuentas bancarias y brindarnos el acceso a nuestro ordenador. Esto será posible gracias al trabajo que se está llevando a cabo la investigadora Sammy Phang.
Un antiguo refrán asegura que “el ojo del amo engorda el ganado”. Pues bien, ahora además podrá abrir la puerta de su casa, entres otras cosas. La investigadora Sammy Phang, de la Queensland University of Technology está ayudando a eliminar uno de los últimos obstáculos para la aplicación de la tecnología de escaneo del iris a nuestra vida diaria.
Es que el patrón del iris de cada persona es único, tal como ocurre con las huellas digitales. Y no solo cambia de una persona a otra, sino que en cada persona el patrón del iris del ojo izquierdo es diferente al del ojo derecho. Además, este patrón es fijo durante toda la vida.
"El uso de sistemas de reconocimiento de los patrones del iris permite confirmar la identidad de una persona, tal como lo hace una tarjeta de identificación o contraseña. Ya se está comenzando a utilizar en todo el mundo, y es posible que en los próximos 10 o 20 años sea parte de nuestra vida cotidiana."
Phang está trabajando duramente para hacer de este sistema la llave que nos permita el acceso a todas nuestras posesiones, reales y virtuales. Uno de los problemas que enfrenta se relaciona con los cambios que puede sufrir el dibujo del iris de una persona en diferentes circunstancias. De hecho, los cambios en las condiciones de la iluminación modifican el tamaño del iris, y eso provoca cambios significativos en el diseño del patrón. Esto a menudo dificulta el trabajo de los sistemas biométricos.
Pero la soluciones esta cerca. Utilizando una cámara de alta velocidad, capaz de tomar 1200 fotografías del iris por segundo, Phang ha logrado reconocer inequívocamente un patrón determinado. Una implementación comercial de su sistema podría ser el reemplazo definitivo de las llaves que cada uno debe llevar encima. Simplemente mirando hacia la cámara, las puertas se abrirán para nosotros.
- Sammy Phang, de la Queensland University of Technology.
- No existen dos patrones iguales.
