La ciencia médica podría cambiar para siempre gracias a una “impresora de inyección de tinta” muy especial, capaz de generar órganos humanos. Makoto Nakamura, de la Universidad de Toyama en Japón, afirma que la tecnología es muy simple y funciona igual que una impresora convencional pero, en lugar de gotas de tinta, utiliza un flujo de células vivas.
El profesor Nakamura no está absolutamente seguro de que su “impresora” sea capaz de generar órganos humanos completos y funcionales, pero los resultados preliminares obtenidos son lo suficientemente alentadores como para que valga la pena intentarlo.
La técnica utilizada por el aparato del científico japonés se asemeja a las impresoras 3D que trabajan con polímetros, pero en lugar de utilizar alguna clase de material inorgánico como “ladrillos” básicos, emplea células humanas. "Sería como construir un enorme rascacielos en un nivel microscópico, utilizando diferentes tipos de células y otros materiales, en lugar de vigas de acero, hormigón y vidrio", dice Nakamura. Y se entusiasma: "en última instancia, espero construir un corazón".
Nakamura es muy consciente de que el desarrollo y puesta a punto de un aparato que sea capaz de realizar semejante hazaña podría insumir al menos 20 años, pero sabe que si dispusiésemos de una maquina así se terminarían las terribles listas de espera de las personas que necesitan trasplantes de corazón. La ventaja de la técnica de Makoto es que el corazón se genera a partir de las células procedentes del propio paciente, por lo que no existe el problema de que el cuerpo lo rechace.
La técnica de impresión de órganos necesita de un mecanismo capaz de colocar cada célula con una precisión mucho mayor a la disponible en las impresoras tridimensionales actuales. Pero no es algo imposible de lograr. La máquina que genere órganos tendrá que colocar las células en el lugar exacto, capa sobre capa, hasta tener un órgano completo. Así como una impresora normal emplea gotas de tinta de diferentes colores en distintas posiciones del papel, la máquina de Nakamura colocará diferentes tipos de células en cada zona del órgano.
En los ensayos preliminares Nakamura ha logrado crear tubos de células vivas de poco más de un milímetro de diámetro. Estos tubos están formados por paredes dobles, cada capa de un tipo distinto de célula, tal como ocurre en los capilares sanguíneos humanos. También ha generado estructuras cilíndricas de una décima de milímetro, aproximadamente la medida de un cabello humano. Ambos tipos de tubos se construyeron con la impresora diseñada por Nakamura y su equipo de la Academia de Ciencia y Tecnología. Les tomó tres años de trabajo poner a punto el prototipo, pero el aparato les permite enviar un chorro de células humanas con una precisión de una milésima de milímetro, generando tubos a una velocidad un milímetro y medio por minuto.
Quizás sea muy pronto para saber si Nakamura (o alguien más) será capaz algún día de producir órganos humanos a medida con una técnica como ésta. Hay muchos aspectos que necesitan ponerse a punto antes de tener éxito, como la velocidad, precisión y forma de conservar el órgano que se esta construyendo para que no se deteriore durante el proceso. Pero es indiscutible que millones de personas en todo el mundo salvarían sus vidas si tiene éxito.