¿Qué es lo que incomoda a Bill Gates? ¿Qué detalle lo puede hacer explorar su pasado una y otra vez? La respuesta a ambas preguntas es la misma: Ctrl+Alt+Del. En 2013, el filántropo reconoció que la famosa combinación de teclas fue un error, pero siempre insistió en que su existencia es responsabilidad de IBM y sus ingenieros. En el reciente Bloomberg Global Business Forum, Gates admitió (de nuevo) que de tener la posibilidad, regresaría en el tiempo para convertir a Ctrl+Alt+Del en una sola tecla.
La historia dice que Ctrl+Alt+Del fue una creación de David Bradley, uno de los ingenieros que participó en el desarrollo de la IBM 5150 (la PC original). Como ya sabemos bien, la combinación dispara un «reinicio blando» del ordenador, pero en un principio no era Ctrl+Alt+Del, sino Ctrl+Alt+Esc, orden alineado con el formato que poseía el teclado de la 5150. Esto era muy conveniente para programadores y desarrolladores, sin embargo, presentaba un riesgo innecesario al usuario promedio (todas las teclas del mismo lado), por lo tanto, la decisión fue reemplazar al Esc por Del y forzar el uso de las dos manos. Con la llegada de Windows, Ctrl+Alt+Del pasó a formar parte del «inicio seguro» en la serie NT, además de ser muy útil para cerrar programas sin respuesta…
… pero Bill Gates jamás estuvo convencido. De hecho, no duda en reafirmar su decepción cada vez que tiene la oportunidad. Esta vez fue durante el Bloomberg Global Business Forum. Al explorar la posibilidad de cambiar algo sobre su pasado, el filántropo reiteró que Ctrl+Alt+Del debió haber sido una sola tecla en vez de tres. En el año 2013 dijo que la culpa «era de IBM» porque el responsable de diseñar el teclado estándar se negó a sumar una tecla extra. Lo curioso es que a mediados de los ’90, Microsoft ya tenía el poder de fuego suficiente como para implementarla por su cuenta, del mismo modo en que lo hizo con la tecla de Windows a través del Microsoft Natural Keyboard.
Para nosotros esto tal vez sea un detalle menor, y siendo honestos, el Ctrl+Alt+Del ya está codificado en el ADN de cualquier sesión de Windows, pero en la mente de Gates es una asignatura pendiente que no va a poder completar. Después de todo, está decidido a seguir donando sus acciones en Microsoft, y un futuro regreso a la compañía que creó parece casi imposible.