Muchos usuarios se lo han preguntado en más de una ocasión: ¿Qué pasó con la realidad virtual? Precio, disponibilidad, rendimiento, y la falta de una killer app son las razones más citadas, pero me gustaría agregar un detalle extra: Nadie quiere jugar con un casco en la cara. La gente detrás del Bigscreen Beyond está enfocada en atacar a ese último punto, y su resultado es un «casco» que pesa apenas 127 gramos, e incluye un soporte hecho a medida para nuestra cara. Optimum en YouTube recibió un Bigscreen recientemente, y lo probó de la mejor manera posible: Corriendo carreras.
El Meta Quest 2 tiene un precio de 199 dólares al momento de escribir estas líneas. Admito que no es un número terrible, y se perfila como buen punto de entrada para una «primera experiencia» en realidad virtual. Sin embargo, el casco pesa 503 gramos… y es la «opción liviana». Muchos usuarios en línea han compartido mods para reducir su peso (eliminando su batería, haciendo agujeros, etc.), pero las mismas quejas se repiten en todas partes: Cansancio, incomodidad, dolor de cuello, dolor de cabeza.
La alternativa a todos estos hacks es el hi-end, y allí aparece el Bigscreen Beyond. En la superficie, sus especificaciones son notables: Dos micropantallas OLED de 2560 x 2560 píxeles, integradas en un dispositivo con apenas 127 gramos, y un soporte personalizado que el usuario debe generar después de la compra. En otras palabras, parece el casco virtual definitivo, pero Optimum en YouTube recibió uno, y decidió conectarlo a su simulador…
Fórmula 1 en realidad virtual con el Bigscreen Beyond
Digamos que el casco debe llenar unos zapatos muy grandes. Optimum gastó más de 7.000 dólares australianos (algo así como 4.300 euros) en su simulador con tres pantallas, y funciona muy bien. Sin embargo, los entusiastas hablan maravillas de la realidad virtual para este caso específico, y la mejor forma de evaluar su rendimiento (además de utilizarlo como «reemplazo» para las pantallas), es enfrentarlo al Meta Quest 3.
La primera limitación del Bigscreen Beyond es que no posee sensores para head tracking, y si el usuario desea eso, deberá adquirir un módulo externo como el SteamVR Base Station. Optimum tampoco encontró passthrough de vídeo, pero con 127 gramos, mover el casco no es un gran problema.
La comparación con el Quest 3 ayudó mucho al momento de detectar fortalezas y debilidades. Por ejemplo, el Quest 3 nos permite calibrar la distancia interpupilar (DIP), pero ese valor es fijo en el Bigscreen Beyond (por ese motivo hay que generar un modelo 3D de nuestro rostro después de comprarlo, aunque si ya sabemos nuestra DIP, podemos indicarla manualmente). En cambio, los micropaneles OLED del Bigscreen son superiores en todo sentido, con soporte para 90 Hz a 1920 x 1920, o 75 Hz en su resolución nativa. El Quest 3 llega a 120 Hz, pero Optimum menciona que tiene mucha compresión. El FOV favorece levemente al Quest 3, 110 grados vs 102.
Para finalizar, Optimum destaca cierto «glare» en las lentes del Bigscreen Beyond, el frente de plástico inevitablemente atrae rayones, y el soporte personalizado de goma requiere una limpieza frecuente, pero coloca a su formato «cinco años» por delante de la competencia, y el hardware en su interior es impresionante.
¿Cuánto duele? 1.369 euros, con impuestos incluidos y envío gratuito.
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