En 1979 apareció en las jugueterías un vehículo de seis ruedas, programable, que fue comercializado bajo el nombre “Big Trak”. Este tanque de aspecto futurista había sido creado por Milton Bradley, y gracias a un teclado incluido en su parte superior podía ser programado por su dueño para que efectuara recorridos más o menos complejos. Han pasado más de treinta años desde su aparición, pero al menos dos empresas prometen comercializar dentro de unas pocas semanas réplicas mejoradas del Big Trak, incluso con una cámara y un lanzador de misiles. ¿Te lo vas a perder?
Hay un puñado de juguetes que marcaron una época. Por ejemplo, ¿quién no tuvo un Cubo de Rubik? ¿Quien no soñó con tener una enorme caja de piezas Meccano? Bien, el robot programable Big Trak es uno de esos juguetes. Es posible que muchos lectores de Neoteo no lo conozcan, ya que apareció en las tiendas hace más de 30 años, allá por 1979, pero los más “veteranos” seguramente lo recordarán con cariño. Era básicamente un tanque de aspecto futurista, equipado con 6 ruedas, que podía ser programado mediante un teclado de aspecto similar al del ordenador ZX-81 que poseía en su parte superior.
En esa época un juguete de estas características era algo bastante inusual. La electrónica -comparada con la actual- era cara y poco sofisticada, por lo que un dispositivo como el Big Trak no era algo que se viese todos los días. Su aspecto era muy similar al vehículo que aparecería en el videojuego Moon Patrol que sería lanzado allá por 1982.
Pero sin dudas lo que hacía de Big Trak algo único era la posibilidad de “programarlo”. En un momento en que kits como el ordenador Altair 8800 se vendían más rápido de lo que sus creadores podían fabricarlos, un juguete como este era el regalo ideal para los “geeks” de la época. Además, el robot aparece en la película “ET” junto a una jovencísima Drew Barrymore, allá por 1982, algo que ayudó mucho a hacerlo popular.
El tanque podía “recordar” hasta 16 pasos de programa, cada uno del tipo “avanzar cinco pasos”, “detenerse”, “girar 30 grados a la derecha” o -entre otras instrucciones similares “disparar láser”. El usuario introducía la secuencia de pasos mediante el teclado, y luego presionando la regla “GO” el tanque ejecutaba el programa cargado en su memoria.
Puede que una “funcionalidad” semejante hoy nos parezca poca cosa, pero hace 30 años el Big Trak hacia que todos los adolescentes (y adultos) que estaban comenzando a experimentar el placer de programar los primitivos “home computers” como el Apple II aparecido en 1977 babeasen cada vez que lo veían en un anuncio o en el escaparate de una tienda. Era bastante accesible: costaba 49 dólares, algo así como 35 euros.
El “corazón” del Big Trak era un chip microcontrolador de Texas Instruments denominado TMS1000, y el “lenguaje de programación” que podía utilizar el dueño del tanque para darle las instrucciones pertinentes no incluía sentencias de salto (“Go To”, por ejemplo) o bifurcación (“If Then”). Esto significaba que, desde el punto de vista formal, Big Trak no era una maquina “Turing completa”, como un ordenador, pero esto no impedía que uno pudiese pasar horas disfrutando junto a él.
No había ningun sensor que le informase al Big Trak que tenia un obstáculo delante o que debajo de él había una linea que debía seguir. Esto tiene su lógica, ya que si los hubiese tenido, su limitado lenguaje de programación no hubiese permitido programar acciones cuando dichos sensores detectasen algo. Los amantes de los juguetes y ordenadores retro han realizado un trabajo de “ingenieria inversa” tanto sobre la placa controladora de este robot como de su microcontrolador, por lo que es posible encontrar en algunos sitios “clones hecho en casa” de este robot.
Los rusos, por ejemplo, pusieron a la venta una réplica de este juguete comercializada bajo el nombre “Elektronika IM-11”, que -al contrario del original- disponía de un sensor de choque en su parte frontal. No podía ser “leído” desde el programa, pero hacia que el robot detuviese la ejecución del programa cuando se topaba con algún obstáculo. El aspecto general del aparato y las instrucciones disponibles para programarlo eran idénticos al del modelo americano.
Afortunadamente los amantes de este tipo de juguetes “retro” están de parabienes. Hoy al menos dos empresas –Zeon Ltd y Dubreq Ltd- están trabajando para poner a disposición del público replicas del Big Trak . La primera de ellas ha anunciado el producto -prácticamente idéntico al original- para agosto de este año, y ya se pueden hacer compras por solo 39 libras, o unos 55 euros.
Por su parte, Dubreq promete que su “Bigtrak Jr” será un tanque mejorado, equipado con una cámara o una torreta lanza misiles, y costará unos 35 euros cuando llegue a las tiendas cerca de fin de año. Hay fotos de ambos productos, y si algún lector nos quiere obsequiar con uno de ellos, sin dudas nos quedamos con el más parecido al original. Es que el Bigtrak Jr, a pesar de ser mejor desde el punto de vista tecnológico -puede tomar instantáneas y almacenar 32 programas- no se parece tanto al original. ¿Tú con cual te quedas?