El incremento en la capacidad de las baterías de muchos dispositivos y vehículos nos ha permitido disfrutar de una autonomía más prolongada, pero al mismo tiempo, esto incrementa los tiempos de carga. Aunque hemos visto tecnologías capaces de ofrecer un proceso de carga constante, la respuesta definitiva se encuentra en reducir de forma drástica los tiempos de carga. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois ha publicado un texto describiendo un proceso que sería exactamente lo que estamos necesitando.
Hoy en día, con la demanda energética que tienen algunos dispositivos, se puede decir que las baterías son un mal necesario. Si bien mantienen activos a nuestros aparatos, pierden capacidad con el tiempo, son costosas de reemplazar, son difíciles de reciclar, y además, tardan bastante en recargarse. Tal vez alguien esté feliz porque su móvil puede recuperarse por completo con una carga rápida de una hora y media, pero aún así, una hora y media es mucho tiempo. Ahora, traslademos estos inconvenientes a vehículos eléctricos. ¿Cuánto tiempo necesitan estar conectados para recuperar carga? ¿Toda la noche? Eso no es precisamente rápido que digamos, en especial si surge una emergencia. Se han hecho avances para aumentar la capacidad de las baterías, pero ahora, es turno de reducir los tiempos de carga.
El trabajo realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois nos presenta un proceso que posee una enorme posibilidad de alcanzar un estado de producción en masa. Algunos trabajos dedicados a la aceleración de carga se concentraban en aumentar la velocidad a la que los iones de litio se movían dentro de la batería. Sin embargo, esta nueva aproximación no se enfoca en aumentar la velocidad de los iones, sino en reducir la distancia que deben recorrer para alcanzar un electrodo. De acuerdo al texto, el tiempo involucrado en la difusión de litio aumenta con el cuadrado de la distancia recorrida, por lo tanto, recortar la distancia invariablemente reduce el tiempo. Esto se logra a través de un cátodo específicamente diseñado.
Hasta aquí, los números son impresionantes. Se habla de apenas 2.7 segundos para el 75 por ciento de la carga de una batería NiMH, elevándose a 20 segundos para el 90 por ciento, un proceso que resultó estable en un ciclo de cien cargas. Con las baterías de litio las cosas fueron más lentas, pero aún así superan a todo lo que tenemos actualmente en móviles y ordenadores portátiles. La batería logró recuperar un 75 por ciento de carga en un minuto, y alcanzó el 90 por ciento en dos minutos. En las pruebas todo se ve muy bien, pero en la práctica hay varios detalles para tener en cuenta, comenzando por el hecho ineludible de que una carga rápida debe ser también una carga segura. Después de todo, los casos de laptops convertidas en antorchas por baterías rebeldes, están bien documentados…