Con el paso de los años, la música se ha adaptado a toda clase de formatos. Vinilo, cintas magnéticas, discos ópticos y descargas, todos ellos están a nuestro alcance… y son relativamente comunes que digamos. Ahora, ¿qué pasa cuando tienes música guardada en ADN? La respuesta llegará muy pronto gracias a la banda OK Go, que codificará uno de sus discos.
Si te preguntas quién es OK Go exactamente, no debes ir muy lejos para averiguarlo. Estoy seguro que en alguna de tus sesiones de navegación te has cruzado con ese famoso vídeo que tiene una coreografía hecha sobre cintas de correr. Bueno… ellos son OK Go. No sólo aculuman más de quince años de carrera, sino que su afinidad a la hora de desarrollar vídeos virales es la envidia de muchos artistas. Su última creación, I Won’t Let You Down, está a punto de superar las quince millones de reproducciones, y es sencillamente espectacular. Ahora planean algo más extraño todavía: Codificar su último álbum en ADN.
Todo comenzó dos años atrás, cuando la voz principal de la banda Damian Kulash conoció en una conferencia a Sri Kosuri, bioquímico de la UCLA. En resumen, Kosuri le explicó a Kulash que nos estamos aproximando a límites fundamentales en materia de densidad y almacenamiento de datos, por lo tanto, es necesario explorar otras ideas. La primera sugerencia de Kosuri fue el ADN, ya que en 2012 usó la misma técnica para codificar un libro. El álbum, que ya se encuentra en formato binario y no necesita conversiones adicionales, es reproducido en una cadena después de establecer el valor de cada par base, lo que permite interpretarlos como ceros y unos. El disco es Hungry Ghosts, cuarto en la discografía de OK Go (disponible en CDs, MP3s y discos de vinilo).
La teoría indica que el potencial consumidor estaría comprando un pequeño recipiente con algunas gotas de agua en su interior. Suspendidos en esas gotas hay varios nanogramos de material genético, que equivalen a unas cien mil copias de Hungry Ghosts, un verdadero testamento a la densidad del ADN como medio de almacenamiento. El gran problema detrás de todo esto es la regulación que existe sobre material genético. A modo de broma, Kulash dijo que si pueden comercializar las gotas tendrían “el álbum más vendido de la historia”, pero remarcó que esto es más “un gesto artístico y un proyecto científico” que una manera práctica de comprar su disco.