“Dance your Ph.D.” es un extraño concurso que la AAAS (American Association for the Advancement of Science) viene organizando desde hace un tiempo. En el certamen los científicos deben interpretar su tesis de doctorado con pasos de baile. ¿El premio? Una suscripción a la revista Science, un coreógrafo personal por cuatro días y una mención de honor de la AAAS. El atípico concurso, cuya edición 2008 culminó en días pasados, demostró que los científicos también pueden hacer el ridículo, aunque bailen realmente bien.
Los científicos, a veces, pueden ser tipos realmente raros. Imagina el siguiente escenario: tú eres un graduado, un estudiante de posdoctorado o un profesor de una prestigiosa universidad, y quieres con todas tus fuerzas tener una suscripción anual a la revista Science. ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para conseguirla sin gastar una moneda? Por ejemplo ¿te animarías a interpretar tu Tesis Doctoral bailando sobre un escenario? Si tu respuesta es del tipo “si, lo haría con gusto”, entonces puedes lograrlo inscribiéndote en la próxima edición del recientemente terminado “Dance your Ph.D.” (Bailando por un Doctorado)
Este año fueron doce los participantes que llegaron a la final. Su mérito fue lograr resumir en solo sesenta segundos de baile, y sin usar palabras o imágenes, el contenido de su tesis doctoral. Sí, a primera vista puede parecer fácil, pero te aseguramos que no lo es. El jurado estuvo compuesto por los tres ganadores del año pasado, con Brian Stewart a la cabeza. Brian es un arqueólogo inglés que, en la edición anterior de este inaudito concurso, simuló (vestido solo con un taparrabos) la caza prehistórica de un antílope. Los demás jurados fueron tres científicos de la Universidad de Harvard y tres coreógrafos de la compañía de danza Pilobolus (famosa por representar escenas mediante sombras). Este laureado “tribunal” se encargó de elegir a los ganadores del certamen que puede jactarse de ser el que más neuronas pone sobre la pista de baile.
Algunos de los aprendices de John Travolta que resultaron premiados con sus doce revistas fueron:
Sue Lynn Lau, en la categoria “Estudiante Graduados”, que bailó su tesis relacionada con el rol de la vitamina D en las funciones celulares. Sue, cuando no está bailando, estudia en el Garvan Institute of Medical Research de la University of Sydney, Australia. Espera terminar su trabajo de doctorado en el 2010.
Miriam Sach es una veterana investigadora ganadora en la categoría de postgraduados y perteneciente a la University of Duesseldorf (Alemania). Miriam fue capaz de expresar en un minuto de baile el contenido se su tesis sobre la activación de patrones cerebrales inducidos por los verbos regulares e irregulares (sí, suena raro, ¿no?), que terminó en 2004. ¿No merece un Nobel?
Vince LiCata fue el ganador en la categoría “profesores”. Obtuvo la suscripción al módico precio de hacer de payaso durante un minuto, interpretando su trabajo sobre la hemoglobina, que publicó en 1990 para la Johns Hopkins University.
Y un premio especial, por haber sido la que más aplausos cosechó por parte del selecto público, corresponde a (suenen trompetas, timbales y ukeleles):
Markita Landry (Universidad de Illinois), que gastó sus zapatos para explicar su tesis sobre las mediciones a nivel molecular en los complejos protelomerasa TelK-ADN. Landry eligió a un compañero rumano (Florin Bora) para que le ayude a bailar el tema “Una música brutal”, de Gotan Project. Se metió dentro de un vestido rosado, se subió a sus zapatos dorados y salió a la pista para convertirse en la reina de Youtube. No es para menos, ya que no cualquiera puede, coreografía tanguera mediante, interpretar la técnica de manipulación de moléculas necesaria para la unión entre una proteína y el ADN. En el vídeo puede verse cómo una proteína llamada TelK se dobla y se enlaza con el ADN. ¿No es impresionante?
Este tipo de certamen puede, con todo éxito, terminar con la imagen “acartonada” que puede tener, en ciertos ámbitos, la imagen de los científicos. Eso si, puede que no resulte fácil encontrar quienes estén dispuesto a pagarlo.