Un empleado en un cubículo, golpeando su teclado con furia. El teclado convertido en bate de baseball, el monitor que sale volando del escritorio, y un colega que se asoma en el fondo para ver qué sucedió. ¿Quién era ese empleado? ¿A quién pertenecía esa oficina? ¿Qué lo hizo enojar tanto? El vídeo conocido como BadDay.mpg tomó por asalto a la Web mucho antes de que el concepto de viralización existiera. La gente de Wired rastreó sus orígenes, y las sospechas originales básicamente fueron confirmadas…
… en otras palabras, el vídeo es falso. Son varios los detalles que indican eso: En primer lugar, el teclado está desconectado. En segundo lugar, lo mismo se puede decir del monitor cuando cae al piso. Finalmente, el empleado enojado parece sonreír para la cámara. Entonces, ¿qué está sucediendo?
El artículo publicado por Wired (enlace más abajo) nos traslada a una compañía del estado de Colorado llamada Loronix. El hombre del vídeo, de nombre Vinny Licciardi, no se enteró de la explosión mediática hasta que una copia apareció en la televisión, pero el corto no es otra cosa que una demo de la tecnología DVR que Loronix había comenzado a vender en los ’90.
Al principio, Licciardi fue filmado usando un cajero automático y «robando» algo del depósito por su jefe Peter Jankowski. Más tarde, Licciardi decidió convertirse en un «empleado furioso», y su jefe tuvo la idea de usar partes de ordenadores que habían dejado de funcionar para preparar la escena.
El vídeo terminó en un CD promocional (convertido a MPEG-1 en 352 x 240, garantizando su compatibilidad con Windows Media Player), y en el plazo de un año, virtualmente no hubo un solo servidor de correo electrónico que no haya tenido problemas por la enorme cantidad de gente que lo compartió (enviar 5 MB por e-mail en aquella época era una pesadilla).
Con el paso del tiempo surgieron los «fan sites», pero más que nada las conspiraciones. Aún si el vídeo es falso, a esta altura no importa tanto. Existe cierto placer extraño asociado a la reproducción del vídeo, un deseo profundo de liberar a nuestro neoludita interior y hacer exactamente lo mismo con cada máquina que encontremos en el camino. Tal vez sea ese el detalle que lo mantiene vigente, 24 años después.
(Del Archivo de NeoTeo, originalmente publicada el 15 de enero de 2018)