Algunos vehículos o dispositivos fueron especialmente diseñados para romper récords. Pulverizar cualquier marca existente, ocupar la cima, y resistir a través de la historia. Sin embargo, cuando Lockheed creó al SR-71 Blackbird, había otras prioridades en mente. La alta velocidad del SR-71 era un requerimiento para escapar fácilmente de cualquier amenaza, y desde julio de 1976, ningún otro diseño ha podido quitarle el título de «avión más rápido del mundo».
«Hijo de la Guerra Fría»
El 1 de mayo de 1960, un avión estadounidense de reconocimiento Lockheed U-2 fue derribado por un misil S-75 en territorio soviético. Esto sucedió dos semanas antes de un encuentro de alto perfil entre ambas potencias en París, y rápidamente se convirtió en uno de los incidentes de inteligencia más humillantes para los Estados Unidos.
Dos años más tarde, el 27 de octubre de 1962 para ser precisos, el U-2 del mayor Rudolf Anderson fue derribado mientras realizaba una misión de reconocimiento sobre territorio cubano, en plena Crisis de los Misiles. Tanto la CIA (formalmente desplazada de los vuelos de reconocimiento) como la Fuerza Aérea habían recibido el mensaje: Se necesitaba algo mejor que el U-2.
De hecho, el contacto inicial entre la CIA y Lockheed para construir un «avión espía indetectable» se remonta a 1957. Esto dio lugar al llamado «Proyecto Arcángel», y después de doce diseños, Lockheed presentó al A-12. Su primer vuelo fue en abril de 1962, y entró en servicio durante 1967, pero al final jamás voló sobre Cuba o la Unión Soviética, sino que vio mucha más acción durante la Guerra de Vietnam. Aún así, el A-12 tenía un trabajo más: Convertirse en la base para el avión más rápido del mundo.
El avión más rápido del mundo
El primer vuelo del Lockheed SR-71 Blackbird se llevó a cabo el 22 de diciembre de 1964, pero su entrada a servicio se demoró hasta enero de 1966, con un total de 32 unidades construidas. La Fuerza Aérea sabía exactamente lo que tenía en sus manos: Con una velocidad máxima de Mach 3.3, la maniobra evasiva estándar del SR-71 era simplemente acelerar para escapar de cualquier misil antiaéreo. Sus enemigos jamás pudieron tocarlo, y los doce Blackbirds que se perdieron durante su servicio estuvieron involucrados en accidentes.
La apariencia del SR-71 es impactante desde donde se la mire, y todo tiene un propósito. Las entradas de sus motores Pratt & Whitney J58 fueron especialmente diseñadas para reducir la velocidad del aire a parámetros subsónicos antes del ingreso. El famoso «patrón de diamante» del escape de sus motores se debe al impulso adicional del sistema de afterburner. Esto crea ondas de choque sucesivas que le dan al «chorro» su característico patrón.
El resultado final es un avión que alcanza su eficiencia ideal a Mach 3.2, pero en la práctica se descubrió que el SR-71 podía ser aún más eficiente volando a mayor velocidad, dependiendo de la temperatura del aire. Pero el Blackbird no estaba libre de ciertos requerimientos especiales. Uno de los más interesantes es que despegaba con una carga parcial de combustible para reducir el estrés en los frenos y los neumáticos, por lo que debía ser abastecido inmediatamente después de iniciar su vuelo (eso acaba con el famoso mito de que sus tanques perdían combustible) usando Stratotankers KC-135Q modificados.
Récord y «doble retiro»
El récord de velocidad oficial del SR-71 Blackbird quedó registrado el 28 de julio de 1976 para el airframe 61-7958, tripulado por el capitán Eldon W. Joersz (piloto) y el mayor George T. Morgan Jr. (navegante). Con el paso del tiempo surgieron mediciones adicionales que sugieren una velocidad aún mayor, pero nunca fueron certificadas.
El primer retiro del SR-71 se materializó en 1989, no porque el avión fuera obsoleto o deficiente, sino porque terminó siendo una de las víctimas de la llamada «política del Pentágono», con conflictos de intereses e inagotables discusiones sobre presupuesto. Aún así, el Congreso se vio forzado a reexaminar el retiro del SR-71 en 1994 debido a las tensiones políticas en Oriente Medio, Corea del Norte, y la guerra en Bosnia. Tres aviones volvieron a servicio activo a pesar de la enorme resistencia, y no fue sino hasta 1998 que los fondos fueron redistribuidos, y la Fuerza Aérea retiró de forma permanente al Blackbird. Sólo la NASA pudo volar los últimos dos SR-71 hasta 1999.
Hoy, todos los Blackbirds son parte de diferentes museos (salvo los dos que retiene NASA), pero lo único que no ha cambiado es el récord. A pesar de todo, el SR-71 Blackbird sigue siendo el avión más rápido del mundo.
Fuentes: NASA, Google Arts and Culture, Wikipedia