Cambiar las baterías a un audífono en ciertos lugares o circunstancias puede ser más difícil de lo que parece. Por esta razón, Howard Weinstein decidió crear un audífono de bajo costo al que, además, no hace falta cambiarle las baterías: se puede recargar con energía solar.
En el mundo se calcula que hay alrededor de 250 millones de personas con problemas de audición. La mayoría de estos problemas podrían resolverse fácilmente con un audífono. Pero esto es más complicado de lo que parece: dos tercios de las personas que los sufren viven en países en vías de desarrollo, así que, lejos de soñar con un móvil para sordos, no pueden permitirse ni siquiera un dispositivo que les permita oír con normalidad. El gran problema de los audífonos no es tanto que su costo sea elevado, como que sus baterías duran muy poco y la gente no puede permitirse comprar unas nuevas tan a menudo como para mantener al dispositivo en funcionamiento. Por este motivo, el empresario Howard Weinstein, después de radicarse en un pequeño pueblo africano, comenzó a trabajar para solucionar este problema.
Así nacieron los SolarAid. Son unos audífonos de aspecto común, pero con un costo es bastante inferior a los que se encuentran habitualmente en el mercado: $100 (€65 según el cambio actual). Sin embargo, lo más interesante de estos dispositivos no es su costo, si no el hecho que sus baterías no necesitan cambiarse. Esto se debe al hecho de que se recargan con el sol, usando un cargador que también puede conectarse a una toma de electricidad en caso de que no haya sol por suficiente tiempo como para que los audífonos se descarguen. Los SolarAid son dispositivos verdaderamente interesantes, con el potencial de ayudar a muchas personas con problemas de audición, gracias a su bajo costo, y de dar la tranquilidad de que al audífono se le acaben las pilas a muchos usuarios.
Es interesante saber que Howard Weinstein también contrató a personas sordas para fabricar estos dispositivos, ya que éstos tendrían una coordinación mano-ojo bastante desarrollada, dado que es necesaria para aprender el lenguaje de señas.
no entiendo muy bien por qué es para el tercer mundo. al primer mundo también le gustara tener audífonos baratos y solares, no?
Eso fue lo que dijo su creador, supongo que la calidad habrá sufrido algo en el proceso o por algún otro motivo. Quizás no sean lo más cómodo para alguien que tiene acceso a algo que podría ser más chico o de mejor calidad pero que requiera mas atención o cuidado.