Un paciente estadounidense, identificado como Timothy Ray Brown, que desde 2007 estaba siendo tratado en Alemania con células madre, se ha curado del SIDA. Brown, que además del SIDA luchaba contra el avance de la leucemia, recibió un trasplante de células madre sanguíneas, que tres años más tarde parece haber tenido éxito en la cura de ambas enfermedades. Pero pesar de lo espectacular que resulta esta noticia, los especialistas creen que el procedimiento es riesgoso y difícil de reproducir. ¿Estamos más cerca de vencer al SIDA?
La noticia ha dado la vuelta al mundo en minutos, y no es para menos: un estadounidense, enfermo de SIDA y con leucemia, fue tratado con un trasplante de células madre en Alemania, y luego de tres años, se ha curado de ambas enfermedades. El paciente en cuestión es Timothy Ray Brown de 42 años, que desde 2007 estaba siendo tratado en el Hospital Médico Universitario de la Caridad en Berlín, Alemania, recibió un trasplante de células madre de un tipo denominado CD4 que, a diferencia de otras, no poseen un receptor especifico llamado CCR5 que es necesario para que el VIH logre propagarse por el organismo. Al carecer de esos receptores, el virus no podía utilizar estas células como vehículo. Estadísticamente, se sabe que este tipo de células solo están presente en aproximadamente el 1% de la población caucásica que vive en los países del noroeste de Europa. Los médicos descartaron células provenientes de más de 80 donantes antes de encontrar la clase especifica que buscaban. Pero luego del trasplante, esas células se propagaron por el cuerpo de Brown, al tiempo que las que originaban su enfermedad comenzaban a desaparecer.
El mismo día que recibió el trasplante, los médicos dejaron de tratar a Brown con los medicamentos antirretrovirales que mantenían el VIH bajo control. En febrero del 2009 se informó, a través del The New England Journal of Medicine, que el paciente no había tenido reincidencia de VIH en los 20 meses transcurridos desde el trasplante. En ese momento, algunos médicos atribuyeron esos resultados a un error en los exámenes destinados a efectuar el recuento de virus en Brown, pero el informe publicado en las últimas horas es claro: tres años y medio después del trasplante, el conteo de células de Brown -a quien ya se lo conoce como “Berlin Patient” (“El paciente de Berlín“)- es idéntico al de una persona sin VIH.
“En conclusión”, dice un artículo publicado en la revista especializada Blood, “los resultados sugieren con fuerza que este paciente está curado del VIH.” Los hechos demuestran que Brown es el primer paciente en el mundo que sanó de SIDA luego de recibir un tratamiento destinado a mejorarlo tanto de su leucemia como del VIH. Hasta aquí, la noticia podría hacernos creer que este tratamiento podría ser aplicado con éxito a prácticamente cualquier paciente que esté luchando contra el SIDA. Sin embargo, esto no es así.
En primer lugar, se trata de un tratamiento con un costo muy alto, que queda fuera del alcance de la inmensa mayoría de los pacientes. Pero además, es enormemente riesgoso, y posee una tasa de mortalidad de alrededor del 5%. Gran parte de los riesgos provienen de la necesidad de destruir el sistema inmunológico del paciente mediante fuertes dosis de drogas y radiación antes de intentar crear un nuevo sistema defensivo a partir del material proporcionado por el donante.
“Es una prueba interesante sobre cómo medidas extremas pueden llevar a la cura del VIH”, ha expresado el doctor Michael Saag, de la Universidad de Alabama en Birmingham. “Por desgracia, es demasiado riesgosa para convertirse en una terapia estándar, incluso de encontrar los donantes correctos”. También hay que tener en cuenta que las células madres con las que fue tratado no sólo pertenecía a un donante particularmente adecuado a su organismo, sino que contenía una mutación genética que le proporciona una resistencia natural al VIH, algo que seguramente sería muy difícil de encontrar para cada paciente afectado por esta enfermedad.
Saag cree que “no es conveniente aplicar este tratamiento a individuos sanos, porque el riesgo es demasiado alto. Además, no debemos olvidar que los cócteles de fármacos disponibles en la actualidad permiten mantener el VIH a raya en la mayoría de los casos. Sólo cuando un paciente de VIH además padezca cáncer, podríamos considerar la posibilidad de un transplante.” Sin embargo, y a pesar de las reservas expresadas, lo que ha logrado el Hospital Médico de Berlín seguramente será de gran utilidad a la hora de diseñar tratamientos contra el SIDA.