Artesanos del cine: William Friedkin (The French Connection)

Hoy en artesanos del cine hablaremos de la película The French Connectión (Conexión en Francia o Contra el imperio de la droga – William Friedkin – 1971). Haremos especial hincapié en la secuencia en que Gene Hackman persigue en un coche (Pontiac Le Mans) a Fernando Rey que escapa en un tren por las calles de Brooklyn.

Sin duda William Friedkin ha realizado una obra maestra con este film, ganando el Oscar a mejor película y mejor director sobre A Clockwork Orange (La naranja mecánica – Stanley Kubrick). También obtuvieron el premio Gene Hackman a mejor actor, Ernest Tidyman a mejor guion adaptado y Owen Roizman a la mejor fotografía. Sin duda con estos nombres y palmarés sino viste la película te recomendamos que lo hagas de inmediato.

Sinopsis

Dos policías de la división narcotráfico de la ciudad de Nueva York, Gene Hackman (Jimmy “Popeye” Doyle) y Roy Scheider (Buddy “Cloudi” Russo) intuyen de la llegada de una importante carga de heroína proveniente de Marseille. El traslado de la droga es organizado por los narcotraficantes Fernando Rey (Alain Charnier) y Tony Lo Bianco (Sal Boca).
Sin duda The French Connectión marca en el cine de Hollywood un antes y después en el cine policiaco junto a dos películas contemporáneas como Harry el Sucio (Don Siegel – 1973) y Bullitt (Peter Yates – 1968). Pero una de las secuencias más impactante e imposible de olvidar de Conexión en Francia  es la de la persecución de Gene Hackman a Fernando Rey.

El Sonido de la persecución

Cabe destacar el uso del sonido diegético (es un sonido que está justificado en la escena, por ejemplo, se ve un reloj despertador y se escucha la alarma del mismo) y la ausencia del sonido extradiegético (sonidos no justificados, por ejemplo la banda sonora). En rodaje William Friedkin y en postproducción Jerry Greenberg (editor) han realizado un trabajo memorable con el sonido de la persecución, porque solo escuchamos el rugir del motor del coche, su bocina, los ruidos de los pedales (acelerador, embrague y freno), el ambiente de la ciudad, el ruido de la fricción de las ruedas del tren sobre los rieles, junto al chillar de los neumáticos sobre el asfalto; todos estos sonidos convierten a la película en una obra de arte de la utilización del sonido diegéticos. El director no uso ningún sonido trabajado en estudio y mucho menos efectos de sonido, pero la artesanía con la que trabajo William Friedkin usando los métodos de la vieja escuela hacen sentir al espectador como el tercer protagonista de esta persecución.

El uso de la cámara en mano

Para describir como William Friedkin le dio vida a la cámara en mano en la secuencia de persecución tomaremos el plano en que por pocos metros no fue atropellado un camarógrafo. En el minuto 4:19 (del vídeo de la persecución) vemos como una madre cuza la calle con su bebe en un cochecito (homenajeando El acorazado Potemkin) y Gene Hackman (en este caso el especialista Bill Hickman) realiza una maniobra para esquivarla. Entonces el coche pierde el control, choca contra un montículo de basura y se dirige directamente contra el camarógrafo que, con un movimiento esquiva la colisión. Según William Friedkin él mismo realizó las tomas  peligrosas (como la recién comentada) para salvar de cualquier accidente a sus dos camarógrafos.

También el director se sentó en el asiento trasero del Pontiac Le Mans con la cámara al hombro, tomando grandes tomas de las calles de Brooklyn mientras Bill Hickman conducía temerariamente por la ciudad.

Las cámaras en el Pontiac Le Mans

El coche contaba con tres cámaras donde se han obtenido la gran mayoría de los planos de la secuencia de persecución, la ya mencionada cámara en mano en el asiento trasero del coche, otra ubicada en el asiento del acompañante y la última montada en un parachoques para mostrar las calles.

La artesanía de la persecución

Todas estas peculiaridades del rodaje hacen de esta secuencia una obra de arte artesanal que es difícil encontrar hoy en día. Además si agregamos que la persecución duro 26 calles y el equipo de rodaje no contaba con ningún permiso (hubo tres colisiones, dos de ellas con coches de especialista y uno con un coche civil), contaban con poco celuloide y el guión realizado era más parecido a un guión de documental que a un guión de película de ficción, podemos decir que fue un milagro que la secuencia se haya filmado. Seguramente ayudó bastante  la experiencia de William Friedkin en el cine documental, que no solo filmo los planos necesarios para completar la secuencia, sino que la convirtió en una de las más importantes de la historia del cine.

Sin duda la narración que creó William Friedkin para The French Connection es una verdadera artesanía y todo sin contar con un gran presupuesto ni efectos digitales. Por este motivo elegimos este film para esta joven sección de Neoteo.