Jason de Caires Taylor es uno de esos artistas que aparecen de tanto en tanto, de los pocos que realmente reivindican al arte como una expresión sublime. No tiene las pretenciones de gloria de otros autoproclamados geniecillos y ha creado una de las visiones más imponentes, dejándose ayudar por la madre naturaleza. Las esculturas bajo el agua de Jason son una visión que no pueden dejarte indiferente.
Como si de un mundo distópico se tratara, que nos hace recordar a aquella escena del filme Inteligencia Artificial, la exhibición de Underwater Sculptures de Jason de Caires Taylor es entre trágica y paradisíaca. Utilizando la mismísima naturaleza como aliada, resaltando el proceso ecológico natural, “Jason explora las relaciones intrínsecas que existen entre arte y medioambiente. Sus trabajos se convierten en arrecifes artificiales, atraen vida marina, a la vez que ofrece al visitante un encuentro temporal privilegiado, mientras la arena del fondo del océano y los trabajos cambian de un momento a otro.”
El arte de Taylor no solo es bellísimo y asombroso por sí mismo, sino que integra mensajes políticos y ecológicos, sin que eso vaya en detrimento de la pureza de la puesta. A diferencia de muchos artistas modernos, y esto es lo que más nos ha asombrado, Jason ha logrado mantener “el mensaje” fuera de sus esculturas. Nos explicamos: el interés por la ecología que despiertan las obras no es mérito del autor per se. Lo “único” que ha hecho Taylor es dejar que la naturaleza se exprese, que sea una coautora. Las esculturas nos muestran la mano creadora de la Tierra y nos resulta imposible no verla como un ente participativo más, un “ser vivo” que merece tanto o más respeto que cualquiera de nosotros. El mensaje político… lo dejamos a interpretación del lector.
Como te imaginarás, ver una obra de arte bajo el agua no es lo mismo que hacerlo en tierra. Como bien se lee en el sitio del artista…
Hay consideraciones ópticas y físicas a tener en cuenta. En el agua los objetos parecen un 25% más grandes y, en consecuencia, parecen más próximos. Los colores son alterados cuando la luz es absorbida y reflejada en diferentes proporciones, con la profundidad del agua afectándola aún más. La fuente de luz en el agua es de la superficie, lo que produce un efecto calidoscópico gobernado por el movimiento del agua, corrientes y turbulencia. El agua es un medio maleable en el cual el visitante puede tener una participación activa con el trabajo. La gran cantidad de ángulos y perspectivas desde las cuales las esculturas se pueden ver, incrementa dramáticamente la experiencia de disfrutar la obra.
El océano está rodeado de misterio. Bajo el agua y alejado de las paredes blancas, el visitante puede interactuar sin restricciones con la obra. El Principio de Arquímedes, unido a la sensación de falta de peso, permite una experiencia física desasociada, fomentando encuentros perceptivos y personales. Mientras el tiempo pasa y la obra cambia, esta se reforma y redefine el paisaje submarino de maneras impredecibles.
Entre las esculturas más asombrosas de Jason de Caires Taylor está Vicissitudes un círculo formado por un grupo de chicos de diferentes etnias que trata de evocar la idea de unidad y continuidad; The Un-Still Life que nos recuerda que los cambios son inevitables y, nuestra preferida, The Lost Correspondant: “un trabajo que informa sobre los rápidos cambios de la comunicación entre generaciones. Tomando la forma de un corresponsal tradicional, la figura solitaria se transforma en una reliquia, en un fósil del mundo perdido.” Sublime, simplemente sublime.
No es la primera vez que reseñamos arte en NeoTeo. Hemos quedado horrorizados (en buena forma) con el Arte Mutante de Lucy & Brat, asombrados por los robots gigantes de l’ile de Nantes, encantados con las obras del carpintero de Venecia y fascinados por el UFO Proyect. Hey, ¡somos gente sensible!