Estamos cada vez más cerca del día en que las armas basadas en rayos láser sean algo más que un recurso del cine. Northrop Grumman Space Technology, una de las empresas que el departamento de Defensa en EEUU utiliza para desarrollar su armamento, asegura haber desarrollado un láser de estado sólido que dispara un haz de más de 100 kilovatios, potencia más que suficiente para derribar un avión, satélite o misil.
Las armas láser, quizás por su papel fundamental en el argumento de películas taquilleras como Star Wars o Battlestar Galactica, siempre han despertado la curiosidad de las personas. En lugar de utilizar perdigones de metal impulsados por la expansión de una pequeña carga explosiva, un cañón láser emplea fotones. A primera vista uno podría creer que un haz de fotones –el ladrillo fundamental de la luz que te permite estar leyendo esto- no le haría ni cosquillas a algo tan sólido, grande y fuerte como un avión o un carro de combate. Sin embargo, un haz laser lo suficientemente potente puede hacer papilla el metal (o la carne) que le pongas delante. El truco está en disponer de la suficiente potencia.
El contratista estadounidense de defensa, Northrop Grumman Space Technology, ha trabado durante décadas en el desarrollo de casi todo lo que el ejército norteamericano utiliza para machacar a sus enemigos. No puede decirse que se trata de un gran honor, pero sí es cierto que los ingenieros de la empresa suelen tener ideas bastante buenas sobre muchos temas relacionados con la física, la mecánica o la aeronáutica. En el caso de las armas láser, generalmente se emplea un rayo generado a partir de un láser químico, cacharros bastante pesados y grandes que son complicados de transportar. Sin embargo, acaban de presentar un prototipo de estado sólido capaz de disparar rayos con una potencia de 105,5 kilovatios. La Guerra de las Galaxias imaginada por los asesores militares de Reagan puede hacerse realidad, aunque mogollón de años mas tarde de lo imaginado.
Para la industria militar la barrera de los 100 kilovatios era un objetivo a superar. Para que un arma láser realmente sea útil en el campo de batalla, se necesita que al menos entregue esa cantidad de energía, así que seguramente los muchachos del Pentágono están festejando el logro de los ingenieros. En general, los láseres de estado sólido son ideales para utilizarlos a bordo de aviones, gracias a su poco peso y tamaño. El invento de Northrop, además, es un sistema modular, que se puede adaptar para convertirlo en un sistema escalable. De esta manera, simplemente acoplando módulos entre sí, puedes achicharrar soldados, jeeps, tanques o aviones, depende del humor con el que te levantes.
Para la construcción de estos módulos, Northrop Grumman empleó unas “cadenas de amplificación láser” (“laser amplifier chains”), capaces de producir cada una alrededor de 15kW de potencia. Utilizando siete de estos chismes se puede producir un solo rayo de 105,5 kW. El sistema ha demostrado permanecer estable durante más de cinco minutos, tiempo más que suficiente para destruir prácticamente cualquier objetivo. Además, el láser está listo para disparar solo medio segundo después de presionar el botón “Power” (algo que mi ordenador no consigue hacer ni de coña). La investigación ha formado parte de un programa del Pentágono denominado JHPSSL (“Joint High Power Solid State Laser”) que, de momento, se mantiene en el ámbito de la investigación, por lo que no se está desarrollando armamento con estos sistemas.
Dejando por un momento de lado las ironías, nos gustaría mucho que la humanidad desarrolle este tipo de cosas para defendernos de la amenaza que representan, por ejemplo, los meteoritos o cometas que pueden barrernos del mapa en cualquier momento. Parece bastante redundante que el mayor ejército del mundo siga sumando armas cada vez más destructivas y costosas para encarar guerras contra las naciones menos desarrolladas por motivos, cuanto menos, poco claros. Pero por supuesto, parece que esto es mucho pedir.
