La posibilidad de un intercambio nuclear (u otro evento similar) que acabe con la especie humana nunca desapareció por completo. Los gobiernos más poderosos aún mantienen ciertos refugios destinados a proteger a sus figuras más relevantes, pero hay muchas personas allá afuera convencidas de que el colapso es inevitable. Una de ellas es Bruce Beach, quien en 1980 inició la construcción de «Arca Dos», un refugio nuclear subterráneo basado en 42 autobuses escolares reciclados.
¡Boom! ¡Es el fin del mundo! Una pequeña pregunta: ¿Qué haces? Has tenido la suerte (o la desgracia) de sobrevivir. ¿Cuál es tu primera acción? ¿Buscas a tu familia? ¿Acumulas recursos? ¿Obtienes un arma? Algunos tratan de anticiparse a esa situación con métodos tan extraños como coloridos. Los denominados preppers llamaron tanto la atención del público que terminaron convertidos en un reality show, pero hay gente que es muy seria y dedicada.
Uno de ellos es Bruce Beach, quien en 1980 decidió construir el refugio nuclear «Arca Dos», ubicado en Horning’s Mills, al noroeste de Toronto. Hoy con más de 80 años sobre los hombros, Beach explica que su objetivo no es reproducir la visión de supervivencia del prepper promedio (al que interpreta como demasiado individualista), sino reconstruir a la sociedad después del apocalipsis.
El refugio se extiende unos 930 metros cuadrados, y está compuesto por 42 autobuses escolares reciclados, que a su vez fueron cubiertos con hormigón y enterrados (entre 1.5 y 4 metros de tierra). El diseño general del Arca Dos permite la presencia de unas 350-500 personas en su interior. Cuenta con generadores diésel redundantes, tres meses de combustible, acceso a agua potable y tanques sépticos, un centro de comunicaciones (con transmisión AM, FM y onda corta), dos cocinas, una capilla, una sala de descontaminación, y mucho más.
Lamentablemente, las cosas no fueron sencillas para Beach y su esposa. Han sufrido robos de equipo, inundaciones, incendios e invasiones de ratas, pero se mantienen firmes. La cuota de ingreso al refugio es simple: Trabajo físico, ya sea ayudando en el mantenimiento del lugar, cortando madera, o realizando otras tareas. La mayoría de los voluntarios sólo van una vez, pero todavía quedan varios leales que con sus actividades tienen asegurado un lugar en el refugio.
Aún así, el desafío más grande que enfrenta Beach es el de las autoridades. Citando razones de «seguridad pública», han tratado de sellar al Arca Dos en más de una oportunidad. A juzgar por su estado general (humedad, óxido, pobre iluminación, colapsos) está claro que el refugio necesita trabajo, pero esa no es razón para cerrarlo. Por el momento, el Arca Dos sigue abierto, y Beach se prepara para el apocalipsis a su modo. ¿Te gustaría empezar también? ¿Por qué no exploras un poco de literatura?
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Fuente: National Post
La imagen de la guardería me parece sumamente triste.
Nunca entenderé este tipo de “motivaciones” para hacer esto. Entiendo que si pasase algo; sería de gran utilidad… pero… no me llega a entrar en la cabeza. Debo reconocer que este señor lo tiene todo controlado; y si pasara algo nuclear, desearía estar ahí cerca…
Me parecio muy intereaante el relato lo voy a compartir con mis amigos de facebook yo tambien me gustaria estar ahi si hubiera una guerra nuclear imagino cuantas perdidas abra lo mas triste seria que ocurriera y lo que no entiendo que ocurriria en un terremoto de muy grande magnitud como lo que dicen que pasaria en.caso de la falla de san andres estamos dentro de los limites de las zonas desastrozas dios nos socorra si algo asi nos pasara dios bendiga a este hermoso señor y bendiga nuestro planeta.