Apilar estaño mal fundido y armar una montaña alrededor de un terminal no significa haber realizado una buena soldadura. Saber soldar componentes es el ABC de la electrónica y en este artículo comprobarás si estás haciendo bien las cosas o si solo estás pintando las cosas de plateado. ¿Quieres aprender a soldar? Continúa leyendo.
Todos los que nos dedicamos regularmente a la electrónica podemos identificar una buena soldadura de una incorrecta con el simple hecho de observarla. En la mayoría de los lugares que te enseñan a construir cualquier proyecto electrónico te brindan un asesoramiento detallado y minucioso de todo el paso a paso o el “HOW TO” para realizar desde un control centralizado industrial hasta un simple intermitente de luz. Lo que nadie les explica a aquellas personas que se inician en este arte o hobby es la técnica apropiada para efectuar correctas soldaduras. Por eso, y antes de continuar, puedes ver aquí imágenes encontradas en la web de buenas soldaduras y de malas o mediocres, para poder ver, comparar y aprender.
Muchas veces hasta suele suceder que nadie nos ha explicado cómo soldar dos cables entre sí, o dos terminales de componentes siquiera. Nos encontramos ante la necesidad de efectuar un trabajo que nadie nos enseñó y que a puro coraje tratamos de resolver. Los porcentajes de resultados exitosos son muy bajos, por eso te explicaremos algunos conceptos importantes para que soldar componentes sea sólo un trámite y no una complicación más del hardware.
Paso a paso para aprender a soldar
Lo primero que debemos elegir apropiadamente es el soldador a utilizar. Al visitar las tiendas de componentes para aprovisionarte de materiales, habrás observado variados formatos que siempre traen indicada la potencia que son capaces de entregar a través de su punta. Cuando vamos a efectuar pequeñas soldaduras de componentes en sencillas placas, no necesitaremos más que un modelo pequeño, tipo lápiz, de unos 30 a 40 Watts, como el que vemos en la imagen. No desesperemos en comprar el más caro; hagamos nuestras primeras experiencias con un artículo de valor medio. Afortunadamente, el mercado está bien surtido de marcas y precios como para seleccionar una opción intermedia, que seguramente será la más efectiva.
Cuando compres un modelo de baja potencia, la elección del material de la punta es muy importante. Nos ofrecerán la común (cobre) y también la cerámica. El consejo es que elijas esta última para lograr mayor durabilidad y mejores resultados al momento de efectuar las soldaduras. El precio de la cerámica es muy superior (unas 5 veces), pero bien vale la pena esos euros de más. No te arrepentirás.
La elección del estaño
La elección del estaño es otro factor importante a tener en cuenta. El tipo o formato más utilizado es el que trae forma de alambre y que viene en carretes desde 250 gramos hasta 1Kg., siendo su material una aleación de Estaño – Plomo en una proporción de 60/40%. Los diámetros más comunes de dicha presentación varían entre 0,5 y 2 milímetros. La particularidad que trae este producto es que visiblemente aparenta ser un alambre blando, siendo en realidad un alambre recorrido internamente por una o varias almas de resina, que favorecen y facilitan el estañado de los materiales a los que se aplica, actuando como fundente al momento de producirse la soldadura.
Si la elección fuesen otros tipos de estaño que no trajesen estas almas de resina, deberían utilizarse pastas decapantes para preparar las superficies a soldar. Algunas personas igualmente aplican un material que se conoce como FLUX en los sectores a unir, para favorecer el suave fluir del estaño. Este tipo de aerosoles también suele utilizarse para cubrir, con una capa protectora, brillante, de bonito acabado y terminación, a las placas recién soldadas. Con el tiempo, el cobre no cubierto por una laca protectora suele tornarse de un color verdoso, y las partes soldadas pueden oscurecerse, por lo que la aplicación del FLUX ayuda a mantener los materiales a buen resguardo de la humedad y el tiempo.
Hoy es muy común pedir “estaño” en la tienda de materiales; el vendedor sólo nos consultará el diámetro de nuestra elección. Un buen comienzo para aprender a soldar puede ser un diámetro de entre 0,5 y 1 milímetro. Para que tengas una idea sobre las potencias de los soldadores debes considerar cuál será su aplicación: Uno de 20 a 30W nos servirá para soldar componentes de montaje superficial, componentes muy pequeños en placas de circuito impreso (también conocidas como PCB), y para soldar pequeños cables de poca sección.
Elección del soldador
Para un trabajo más versátil, que incluya cables eléctricos de hasta 1 milímetro de diámetro, componentes habituales en TV, Audio y electrónica de consumo general, ya debiéramos considerar potencias de entre 40 y 60W, mientras que para trabajos más duros, como soldaduras de piezas metálicas de 1 a 3 milímetros de espesor entre sí, componentes eléctricos de gran tamaño y toda aplicación que requiera grandes cantidades de calor, debiéramos optar por uno de 100W o más.
Una vez que tengamos elegido el modelo de soldador a utilizar, debemos considerar otros factores importantes. Las partes a soldar deben estar limpias y libres de grasa u óxido. De lo contrario, el estaño no fluirá fácilmente por la superficie que se intentas soldar. La punta del soldador también debe estar limpia, bien estañada y libre de escoria. Cuando se utiliza en forma continua un soldador, suele acumularse en la punta una especie de carbón o escoria que, además de impedir la correcta transferencia de calor al componente a soldar, impide la normal licuación del estaño.
Existen muchas formas de mantener limpia la punta del soldador. Una de ellas es a través de un género grueso, que sea preferentemente de algodón (libre de nylon), frotándolo por la punta una vez que haya adquirido la temperatura de fusión del estaño. Otro método es utilizar lana de acero, de las que se utilizan en la cocina o para limpiar metales.
El secreto de soldar
Soldar en electrónica tiene un secreto que es muy sencillo de aprender y que, una vez que lo tenemos arraigado, lo hacemos automáticamente sin siquiera pensarlo ni razonarlo.
Se trata de un manejo de tiempos, que iremos ajustando con la práctica; la secuencia fundamental es la siguiente: CALOR – ESTAÑO – CALOR – QUITAR
Debemos transformarnos en una máquina con esos cuatro sencillos movimientos, a los que vamos a tener que aprender a manejar hasta llegar a dominar la técnica. Así como manejamos un vehículo y, sin pensar, frenamos, pisamos embrague, cambiamos de marcha, etc., lo mismo ocurrirá con la soldadura.
CALOR: El tiempo de calentamiento inicial dependerá de la potencia del soldador, del tamaño del elemento a soldar y de la temperatura ambiente.
ESTAÑO: La cantidad de aporte variará según el tamaño de la soldadura.
CALOR: El tiempo del calor final (sin aporte de estaño) dependerá del comportamiento que observemos del estaño en estado líquido.
QUITAR: Lo que la palabra está diciendo. Retirar el soldador del lugar de aplicación y dejar solidificar el estaño.
Si vemos que al aplicar el estaño éste fluye rápida y fácilmente, no hará falta tanto tiempo de aplicación de calor, pero si no corre con fluidez, tendremos que aplicar más temperatura a los elementos a soldar. Si ocurre lo segundo, tal vez notemos que se forma una gran gota de estaño en la punta del soldador, que no baja fácilmente a la zona que intentamos estañar. El intento de seguir aportando estaño solo hará que, por gravedad y peso, la gran gota termine rodando hacia el suelo o la mesa de trabajo. Ten mucho cuidado con esta clase de accidentes ya que el estaño fundido puede provocar quemaduras importantes si cae sobre nuestra piel. Se cauteloso, criterioso y, por sobre todo, responsable.
Una buena opción será comprar una placa de las denominadas “experimentales”, que son como las que se muestran en la imagen y los videos. Con este tipo de placas, podemos hacer nuestras primeras experiencias de manera sencilla y automatizada, hasta dominar los tiempos. La cantidad de estaño no debe ser pobre porque se corre el riesgo de que las soldaduras se quiebren con el tiempo, provocando funcionamientos erráticos de los dispositivos. Tampoco debe ser excesiva; debe ser en cantidad justa, y esto se aprende con la práctica.
En la actualidad, se debate en muchos ámbitos sobre la toxicidad de los gases emanados por la fundición del estaño. Trata de evitar su aspiración directa y, si lo deseas, puedes utilizar pequeños barbijos armados por ti mismo.
Ya sabes lo más importante: CALOR – ESTAÑO – CALOR – QUITAR. Ahora sólo debes ejercitar los tiempos de aplicación de cada uno de estos criterios. Y eso se logra con práctica, mucha práctica. Observa los videos de la siguiente página, toma el ritmo y practica mucho, la electrónica te espera.
En esta hoja te dejamos una serie de videos demostrativos de cómo realizar soldaduras correctas. Recuerda: práctica, mucha práctica.