Lisandro Pardo
La videoconferencia es muy útil, pero se encuentra lejos de la perfección. En primer lugar, los clásicos problemas de transferencia hacen que el usuario reciba una sesión de break dance en vez de una conversación fluida, y en segundo lugar, ninguno de los programas principales es demasiado bueno que digamos. El rendimiento de la llamada tal vez esté fuera de nuestro control, pero a la hora de reemplazar a un cliente siempre existe la opción de trabajar sobre el navegador, y ahí es cuando aparece appear.in.
Las videoconferencias suelen ser más incómodas de lo que deberían. Por un lado, siempre hay algún detalle técnico que corregir. O la otra persona nos escucha muy bajo, o el vídeo tiene poco brillo, o no es fluido porque nuestro proveedor de conectividad apesta. Luego está la elección de una plataforma. ¿Google Hangouts? ¿Skype? ¿Facebook Messenger? Hay que llegar a un acuerdo antes, y por supuesto, esperar que funcione bien para todas las partes. Técnicamente es posible usar esas herramientas sobre el navegador (con la ayuda del ocasional plugin)… pero no solucionan el inconveniente de fondo. La videoconferencia debe ganar sencillez, sin cuentas ni perfiles.
Eso es lo que ofrece el portal appear.in. Todo lo que se necesita para participar en una videoconferencia es un navegador compatible (Chrome es el recomendado, pero Firefox y Opera funcionan), y compartir el enlace generado por el sitio. La presencia de una cámara o un micrófono no es obligatoria, y puede funcionar como cualquier otra plataforma de mensajería instantánea. También nos da la posibilidad de compartir pantallas y stickers, bloquear el acceso a la sala (los invitados deberán «golpear» para recibir acceso), y reclamar una sala en forma permanente, aunque eso ya requiere una cuenta, y es lo que deseamos evitar.
Los términos de uso en appear.in son dentro de todo razonables. Sus servidores no guardan nada en lo referente a vídeo y voz, pero pueden conservar chats con el objetivo de entregar un historial al usuario. Appear.in se encuentra disponible en versión gratuita, cuyo máximo permitido es de ocho personas por sala de chat, y después están las salas premium, que suben el límite a 12 personas y añaden más funciones, a un precio de 12 dólares mensuales por sala.
