¿Supertormentas solares jaqueando infraestructura? La idea no es nueva que digamos. De hecho, uno de los eventos más citados sucedió 162 años atrás, y no hay razones para pensar que no sucederá de nuevo. Sin embargo, debemos agregar otro elemento a la ecuación: Internet. Como parte de la conferencia SIGCOMM 2021, la profesora Sangeetha Abdu Jyothi de la Universidad de California publicó un estudio en el que examina un posible «Apocalipsis de Internet», el potencial daño de una tormenta solar sobre la red de redes como la conocemos hoy. Hay buenas noticias, y hay malas noticias…
El famoso Evento Carrington alcanzó su punto máximo de intensidad el 1 de septiembre de 1859. 162 años después, algunos expertos se están haciendo una pregunta incómoda: ¿Qué sucedería si algo así nos golpea hoy? Nuestra infraestructura eléctrica es mucho más compleja y vulnerable. Tenemos una impresionante cantidad de satélites en órbita, y servicios esenciales que dependen de ellos. ¿Acaso nos espera una especie de «apocalipsis de Internet»? Y de ser así, ¿estamos listos?
«Apocalipsis de Internet»: Falta de información y cables submarinos
Todo surge de una investigación publicada por la profesora Sangeetha Abdu Jyothi de la Universidad de California, como parte de la conferencia SIGCOMM 2021 que se desarrolló de forma virtual. El estudio, con el título «Solar Superstorms: Planning for an Internet Apocalypse», encontró su punto de partida después de que la profesora notara la falta de preparación mundial frente a la pandemia de COVID-19. Explica que «no hubo un protocolo para enfrentarla de forma efectiva», y que «sucede lo mismo con la resiliencia de Internet». También agrega que «nuestra infraestructura no está preparada para un evento solar a gran escala, y tenemos un entendimiento muy limitado sobre cuál sería la extensión del daño».
La falta de datos sólidos es muy importante, pero muchas flechas apuntan a la integridad de los cables submarinos. Los cables en sí no serían tan vulnerables debido al amplio uso de fibra óptica, pero no debemos olvidar que requieren repetidores instalados cada 50-150 kilómetros, dependiendo de sus características. La electrónica dentro de esos repetidores y la falta de conexiones a tierra cambiarían las condiciones por completo. Fallas reiteradas en los repetidores podrían dejar a un cable fuera de combate, y desconectar a países enteros.
El riesgo para la infraestructura local sería más bajo siempre y cuando consideremos un uso amplio de fibra óptica y conexiones a tierra más frecuentes, pero hay otro factor en juego para los cables submarinos, y es su ubicación exacta. Las eyecciones de masa coronal tienen un gran impacto en altas latitudes, más cercanas a los polos magnéticos. Para los cables que cruzan el Atlántico y el Pacífico, el riesgo sería mayor.
No es la única amenaza
¿Por qué no se avanza con esto? La palabra clave es «prioridades». Los eventos meteorológicos extremos y los ciberataques presentan una amenaza mucho más directa a la infraestructura global de Internet. Pero es posible que un día el Sol nos atrape con los pantalones abajo, y si sufrimos una caída prolongada de Internet, bueno…
Accede al estudio (PDF): Haz clic aquí
Fuente: Ars Technica