La ciencia está tan abierta y tan al servicio de cualquier proyecto que la incorporé como pilar, que no se fija si está mandando un satélite al espacio, descubriendo los intrincados misterios del universo o si está creando un nuevo record en el Guinnes para que una compañía de publicite sus cuchillas usando nanotecnología para escribir sobre un vello facial. Bueno o no, unos creativos publicitarios, en connivencia con científicos del área de microscopios electrónicos crearon el anuncio publicitario más pequeño del mundo.
Experimentos que se basan en nanotecnología para acerca grandes descubrimientos y soluciones para la vida humana hemos visto en copiosas cantidades y las expectativas que disparan son de tamaños gigantescos. Esto se desprende de la importancia que tiene y tendrá en el futuro esta especialidad para trabajar con absoluta precisión a escalas invisibles para el ojo humano. Claro que este tipo de tecnología también está disponible para invenciones que no provocan orgulloso por sus fines, sino por sus medios, y este es el caso que suscita de la creación del anuncio publicitario más pequeño del mundo a través de la inscripción de un mensaje publicitario en la superficie de un pelo de barba.
La compañía francesa de publicidad se ha encargado de planificar la campaña de promoción que empezó, como tantas veces en el mundo publicitario, en el rostro de una persona. La variante principal es que el hombre rasurado no fue el protagonista del asunto reproduciendo los clichés de los anuncios de la industria en cuestión, en donde constantemente se los ve sonriendo a cámara con la cabeza ladeada hacia un hombro mientras se acariciaba su mentón en señal de “vengan a mí que estoy suavecito” con la esperanzadora motivación de vendernos la idea de que rasurados somos más apetecibles al sexo opuesto. Esta vez el foco se ha puesto sobre uno de sus vellos faciales, que luego de ser rasurados y recogidas algunas muestras con su higienización correspondiente, se eligió un pelo de todos ellos y este fue a parar a un laboratorio científico para que un microscopio electrónico lo observara de cerca. De muy cerca.
El paso siguiente estuvo a cargo de algunos científicos del Departamento de Criogenia de la Universidad de Nottingham ubicada en Reino Unido, que mediante el uso de iones grabaron la frase que idearon los publicistas. Uno de los tantos anuncios rezaba, en inglés, “Se requiere de una extrema precisión para trabajar a este tamaño. Proglide. Las cuchillas más finas de Gillete.” La superficie en la que fue escrito cada mensaje es de unos 250 micrones, algo así como un cuarto de milímetro, según explica uno de los investigadores. Sin embargo, los anuncios en sí mismos ocupan sólo 100 micrones. El proceso se ejecuta cuando el molde del mensaje se deposita vía software en el dispositivo que graba mediante iones la superficie del pelo. Luego la compañía aumentó las imágenes, las imprimió y ya las distribuyó por algunos baños públicos de Inglaterra para que con la ayuda de un código QR en los anuncios, se pueda percibir la imagen de los mismos. ¿Publicidad 3.0?