Una pregunta que todo entusiasta de los videojuegos se hace tarde o temprano es «qué va a pasar con mis juegos si X servicio desaparece». Por lo que hemos visto hasta aquí, la respuesta se encuentra muy lejos de ser la ideal, y esto también afecta a quienes compran música, películas o temporadas de series en diferentes plataformas. El último vídeo de Jeff Geerling nos recuerda que el concepto de «ownership» o propiedad ha cambiado por completo en la era digital… y que necesitamos otras soluciones.
A principios de este mes, los usuarios de la PlayStation Store recibieron una noticia bastante desagradable: Todo el contenido perteneciente a Discovery (técnicamente Warner Bros. Discovery) será eliminado de la plataforma el próximo 31 de diciembre. Esto afecta a más de 1.300 temporadas (!), pero no se trata de un simple ajuste en el catálogo. Aquellas personas que pagaron y transfirieron el contenido a nuevos dispositivos en su momento, lo verán eliminado de su biblioteca multimedia, para siempre.
La PlayStation Store dejó de vender series y películas en marzo de 2021, pero si efectivamente alguien pagó por clásicos como American Chopper o MythBusters, perderá ese contenido en cuestión de semanas. Todo lo que dijo Sony al respecto fue «acuerdos por licencias de contenidos», sin embargo, no es difícil imaginar que Discovery quiere a sus series y documentales dentro de su ecosistema. Con eso en mente llegamos al último vídeo publicado por Jeff Geerling en YouTube, quien experimentó algo similar recientemente:
La era digital: «Pagarás por todo, y no serás dueño de nada»
Un par de semanas atrás, Jeff viajaba con sus hijos, y les preguntó qué música querían escuchar. Los niños se inclinaron en favor de Ladybug Music, pero al buscar su música en Apple Music, descubrió que todas las canciones estaban bloqueadas, bajo la leyenda «No se encuentra disponible en el país o región».
Jeff confirmó a través de la página oficial de Ladybug Music que todo su contenido terminó detrás de un paywall de 3.000 dólares (en concepto de licencia). Si bien hay alguna que otra canción gratuita en línea y el ocasional CD usado, la única opción es entrar a su jardín privado.
El verdadero problema es doble: O no existen mecanismos para adquirir «y» conservar el contenido legalmente, o «rentamos» y aceptamos el hecho de que el distribuidor puede bajar la palanca cuando le plazca (ya sea por licencias, beneficios tributarios, u otras razones).
De más está decirlo, los juegos no son inmunes. Uno ejemplo reciente es Alan Wake II, que carece de lanzamiento físico. Es un título single player, y no necesariamente económico. ¿Que sucederá con esas copias si Epic muerde el polvo en el futuro?
Lamentablemente, todo sugiere que la situación va a empeorar antes de que mejore, pero hay un deseo de cambio en el aire. Christopher Nolan le ha recomendado al público que adquiera una copia física de Oppenheimer en Blu-ray para que «ningún servicio maligno de streaming» se la robe, y más gente está regresando a ese formato. En el caso de los juegos, GOG sigue siendo la excepción, ofreciendo instaladores offline.
En resumen, una frase de Internet dice: «Pagarás por todo y no serás dueño de nada». Pero los usuarios quieren otra cosa.
(N. del R.: La imagen pertenece a Robert Couse-Baker, CC BY 2.0)
