Las contraseñas de la NASA, del FBI, del Pentágono, de la Reserva Federal y de varias agencias gubernamentales, militares e industriales acaban de ser reveladas por un grupo de hackers afiliados a Anonymous. La operación es parte de la campaña en contra de las reuniones de la ITU, que podrían poner en peligro la libertad, la neutralidad y el anonimato parcial que existe en la internet que conocemos. No se salvó nadie, y el comunicado del grupo que revela las contraseñas y otro tipo de información, Team Ghost Shell, fue muy claro en sus intenciones: internet no se toca.
El concepto de la trillada frase se repite de nuevo, mientras millones se llevan una mano a la cara y desaprueban con desilusión: ¿Quién controla al controlador? ¿Quién regula al regulador? ¿Quién protege al protector? Otra vez las instituciones que se asumen como los progenitores sobreprotectores que ninguno de nosotros pidió tener muestran que detrás de lo aparatoso de sus estructuras y debajo de los camuflajes, hay sangre corriendo por sus venas. Sangre común y silvestre, que les da humanidad y las muestra indefensas también ante el ataque de un grupo de militantes comprometidos por una causa. Las agencias FBI, el Pentágono y la NASA acaban de sucumbir ante un ataque de un grupo de hackers (discusión sobre el concepto de hackers en 3, 2, 1…) que se hacen llamar Team Ghost Shell y que con una afiliación a Anonymous, han revelado la información privada de 1.6 millones de cuentas online del gobierno, militares e industria.
Conocido como Project White Fox, el ataque a las áreas de mayor seguridad de agencias como el FBI, el Pentágono, la Reserva Federal, Interpol, ESA, NASA y varias otras industrias y agencias relacionadas a la actividad aeroespacial y militar, fue contundente y ha podido hacerse con archivos e información que contienen correos, nombres, dirección de correo y hasta conversaciones, pero principalmente contraseñas y material que podría ser denominado como clasificado. El objetivo de la operación, según quienes la perpetraron, está en ofrecer una manifestación extrema sobre la preocupación existente ante los movimientos de la Unión Internacional de Telecomunicación (ITU) para realizar cambios en las regulaciones de internet, lo que podría afectar no sólo la libertad de acción, sino también la neutralidad de la red.
Ya conocimos una de las acciones que impulsó Google ante esta reunión que se celebró en Dubai el 3 de diciembre y, según se asume, no dejó ningún tipo de planes ni proyectos de intervención en la web. Principalmente porque los países que integran la asamblea están en desacuerdo en la mayoría de los puntos. Y en aquellos puntos en los que podrían estar de acuerdo, Estados Unidos, como en la ONU, muestra su resistencia. Esto se da especialmente porque la “propiedad intelectual” y regional de los EEUU sobre internet sigue siendo mantenida, algo que no le hace mucha gracia a la mayoría de los países.
Los hackers que responden a Team GhostShell siguieron preocupados porque sostienen que la verdadera información recopilada en la asamblea no se reveló a la prensa y que en estos momentos se llevan conversaciones por lo bajo para construir un Estado policial sobre internet a cargo de la ITU y con el aval de la ONU, por lo que el ataque contra las agencias mencionadas fue con toda su fuerza. Sin embargo, la idea no parece dañar y nada más, sino que el TeamGhostShell también adjuntó un comunicado y le envió un correo a todas las agencias afectadas, indicándoles cómo fue el proceso por el cual descubrieron que habían sido integrados a una lista negra y cómo fue que terminaron apoderándose de los datos de cuentas y contraseñas. A este mail lo consideraron un “regalo de navidad adelantado” de ellos hacia las agencias. A continuación publicaron un listado de enlaces hacia pastebin y github donde las contraseñas de la NASA, FBI y el Pentágono se acumulan de a cientos de miles. Internet no se toca, señores.