Desde que las pantallas táctiles se convirtieron en una interfaz «cotidiana», millones de personas han buscado capturar la reacción de diferentes animales frente a ellas, ya sea para compartirlo en la Web, o para circunstancias más complejas como estudios sobre comportamiento y lenguaje. Perros, gatos, pingüinos, simios, osos y hasta tortugas lograron entender el concepto básico de una pantalla táctil, y hoy vamos a explorar algunos de esos casos.
Un vídeo viral que explotó cinco o seis años atrás nos enseñó a una rana comiendo insectos virtuales en un smartphone, y descargando su frustración sobre el dedo pulgar de su dueño. Las pantallas táctiles poseen una posición de privilegio en nuestros dispositivos móviles, y eso dio lugar a una amplia serie de situaciones graciosas que involucran a animales, sin embargo, también habilitó la posibilidad de estudiar con cierta precisión la capacidad cognitiva y comunicacional de varias especies. El proceso es mucho más complicado de lo que parece. Una de las primeras barreras es la resistencia de la pantalla táctil. Nosotros podemos calcular sin dificultades la fuerza que requiere cada toque, pero en un momento de especial frustración, un chimpancé podría atravesar la pantalla de un solo golpe. Tal y como podemos apreciar en el vídeo a continuación, el Zoológico de Edimburgo debió tomar precauciones especiales:
Este ejemplo es uno de los más interesantes porque nos muestra inicialmente lo que aparenta ser un fracaso. Después de jugar con una bola real, Cindy tuvo muchos problemas al detectar el círculo rojo, y es evidente que sólo está probando todas las opciones para adivinar el resultado. La solución fue reemplazar al círculo rojo con la foto de una mano sosteniendo la bola, tal y como ella lo recordaba del juego original. En el caso de los macacos japoneses, los responsables del Zoológico Lincoln Park decidieron ofrecer un objetivo más tentador: Comida. Si presiona los círculos en el orden correcto, un pequeño fruto aparecerá en el tubo. El entrenamiento de los macacos fue dividido en un mínimo de diez fases, y cada uno respondió a un ritmo diferente, pero la mayoría terminó interactuando con la pantalla.
Ahora, ¿qué pasa con los perros? Todos sabemos que su capacidad de aprendizaje es extraordinaria, al igual que su versatilidad en los entrenamientos. El «Proyecto FIDO» de Georgia Tech busca introducir pantallas táctiles y sensores en la ecuación para optimizar la comunicación entre los perros de asistencia y sus dueños. Los sensores en el arnés le permiten al perro advertir ciertas acciones como una persona tocando el timbre, o una alarma sonando de fondo. Si se presenta una emergencia médica y no hay nadie cerca que pueda ayudar, el perro usa su nariz para tocar dos círculos y enviar una alerta.
Sin embargo, hay una pregunta que todos los científicos se han hecho en algún punto de su investigación: ¿Acaso los animales disfrutan de las pantallas táctiles? De acuerdo con Lina Oberliessen del Wolf Science Center en Ernstbrunn (Austria), la respuesta es sí. El entrenamiento de lobos y perros allí se basa en recompensas con comida o clics de refuerzo, y la investigadora indica que algunos de ellos son casi «adictos» a las tareas que les presentan. En momentos de mayor excitación, los lobos han llegado a tocar las pantallas usando sus patas en vez de las narices, y hubo casos en los que ni siquiera tomaron la recompensa, enfocando toda su atención sobre el panel.
Finalmente, tenemos que hablar de tortugas. Sí, tortugas. En el año 2014, un equipo formado por investigadores de las universidades de Lincoln y Viena entrenaron tortugas con pantallas táctiles para evaluar sus métodos de aprendizaje y su percepción espacial. Sólo dos tortugas de las cuatro participantes lograron resolver el ejercicio, pero la velocidad con la que asimilaron las reglas fue impresionante (más rápido que los perros, según los investigadores), y a juzgar por su comportamiento, no parecían molestas con el trabajo.
La relación entre los animales y las pantallas táctiles va mucho más allá de gatos tratando de capturar peces o pájaros en un vídeo de YouTube. El hecho de que puedan ser entrenados para utilizar esta herramienta es formidable, y nos ayuda a conocer sus mentes un poco mejor.