Will Wright nos trajo el primer The Sims y revolucionó la manera que veíamos los juegos. Luego se alejó para seguir con sus propios proyectos y The Sims 2 pareció un poco más de lo mismo. Ahora, muchas cosas han cambiado desde la salida de la segunda entrega, ¿podrá Electronics Arts devolverle la gloria que alguna vez tuvo la franquicia con The Sims 3? No lo sabrás hasta leer la nota… no sé qué estás esperando… ¡Pues entra de una buena vez!
Aún recuerdo cuando el primer The Sims salió al mercado y todos nos regocijamos con lo adictivo y simple de su jugabilidad. Will Wright había revolucionado nuevamente la industria de los juegos y, además, llenó a Electronics Arts de dinero con las millones de ventas que logró. Años luego tuvimos la posibilidad de jugar la secuela, pero lamentablemente no nos atrapó igual que el otro. La razón por esto fue que, más allá de los evidentes cambios, se sentía exactamente igual que el anterior, solo que un poco más pulido.
Hasta hoy han pasado 5 años desde la salida de su segunda versión y muchas cosas han cambiado. La PC ya no es más la plataforma dominante y los juegos exclusivos para ordenador deben ofrecer un poco más para satisfacer a un público que está viviendo una de sus eras más oscuras. ¿Podrá la tercera parte devolver la frescura que alguna vez brindó? Hablando entre amigos, la verdad que más o menos.
La primera vez que vimos The Sims no sorprendió su simpleza y accesibilidad, pero en The Sims 3, la simpleza parece estar desapareciendo y la accesibilidad es cada vez menos accesible. Hay que admitir que hicieron un buen trabajo con los tutoriales, pero por momentos son más una molestia que otra cosa. Tal vez hubiese sido menos denso si no fuese tanto texto y tal vez un poco más de audio.
Lo primero que notamos al iniciar el juego es que, aunque el modo de edición sigue siendo muy similar, hay muchas opciones para darle una personalidad específica al Sim. Esto lo puedes hacer eligiendo tres características de una amplia lista de gran variedad. Aquí puedes determinar sus gustos, sus aspiraciones, sus defectos y virtudes. También en la misma ventana debes elegir una carrera y especialización. Esto no determinará los trabajos que pueda conseguir, pero sí el objetivo profesional al que aspirará tu Sim. Esto es una fortuna que lo hayan agregado, porque muchas veces al jugar se siente una falta de progreso o de objetivos a cumplir.
Para solucionar este problema también existe un sistema de promesas que puedes hacerle a tus Sims. Esto aparecerá aleatoriamente en una ventanita y puedes tener hasta cuatro a la vez. Lo que hace es tener objetivos a corto plazo, por ejemplo, tocar la guitarra en el parque, llegar a al próximo nivel en la carrera y socializar con más personas. Esto ayuda a que la jugabilidad no sea tan monótona, ya que siempre tienes pequeños objetivos que alcanzar. Además, mientras más hagas mejoras la calidad de vida general del Sim.
Con toda la tecnología que tenemos era obvio que íbamos a tener toda una ciudad virtual para visitar, pero para nuestra sorpresa, el territorio es muy pequeño. No pedimos 14,000 km², como en Fuel, pero aunque sea variedad de lugares para visitar. Es una pena que no lo hayan aprovechado al máximo de su potencial y nos quedamos con una ciudad zonza que se puede recorrer en pocos minutos.
Otro aspecto que ha cambiado es el trabajo. Aún lo consigues por los mismos medios, ya sea el periódico o mediante Internet. También puedes conseguir trabajos de medio tiempo, para ganar más dinero en los momentos que no tengas que estar trabajando. En The Sims 3, cuando tu Sim esta en el trabajo no puedes verlo, pero sí puedes determinar a qué aspecto le presta más atención. Por ejemplo, mi Sim estaba siguiendo una carrera musical y, entre las cosas que podía hacer a diario estaban: trabajar normalmente, sin gastar demasiadas energías; trabajar duro, camino directo al stress y a la promoción; conocer a los músicos, para subir el medidor social y conocer las personas con quien trabajas y otros más que depende según el trabajo. Es decir que puedes dividir tu tiempo en el trabajo para cumplir distintas necesidades.
Debo admitir que al principio me sentí intimidado por la cantidad de cosas que había para hacer, afortunadamente en ningún momento el juego te castiga por no hacer ciertas cosas y te deja ir aprendiendo lo esencial a tu velocidad. En ese aspecto, The Sims 3 sigue siendo igual de “accesible” que los anteriores, pero en cuanto a contenido se ha multiplicado de tal manera, que puede intimidar al jugón más adepto.
Entre otros cambios, la economía del mundo parece un poco más dura y ahora es mucho más difícil llegar a tener una buena cantidad de dinero, por lo que al principio seguramente vivirás como un vagabundo. De todas maneras, es por esa misma razón que cumplirle la promesa de comprar un ordenador es todo un logro y casi te pone más feliz que a tu Sim. Por supuesto, además de los cambios, hay una enorme cantidad de ítems nuevos para comprar y muchos más para descargar desde el sitio oficial. The Sims siempre ofreció buenas chucherías y esta tercera entrega no es la excepción.
Como era de esperarse, The Sims 3 salió para PC y Mac, y puedes conseguir la versión estándar por €54,98 y si eres un verdadero fanático o fanática, puedes conseguir la Edición Coleccionista por €69,98. Por supuesto, un juego tan esperado como este iba a tener uno de los precios más elevados del mercado, aún así, la cantidad de rejugabilidad que ofrece es casi inigualable.
Aún así, más allá de todas las cosas positivas que tenga The Sims 3, al fin de cuentas, siempre terminarás mirando a una personita virtual ir al baño y hacer sus quehaceres, y esta es una de las razones por las que, más allá de todos los arreglos y mejoras que han hecho, sigue sin llamarme la atención. El factor novedad del primer juego ha desaparecido y, para algunos, todos los agregados no son suficientes para mantener la atención. De todos modos, The Sims tiene una legión de fanáticos muy leales y estamos seguros que a ellos les encantará.
Puntaje: 82%
Conclusión: The Sims 3 dejó de lado su accesibilidad y simpleza para ofrecer un juego hecho y derecho a sus leales fanáticos.