Análisis – Sugar on a Stick (OLPC)

El proyecto OLPC ha estado entre nosotros desde hace un buen tiempo. Cuando fue anunciado en el año 2005, la idea de un ordenador portátil con un costo de solamente cien dólares parecía algo sacado de una película de ciencia ficción. Sin embargo, en estos días tenemos a las netbooks, sistemas sencillos y de bajo costo que abrieron las puertas de los ordenadores portátiles a muchos usuarios, y que mantienen a flote al mercado informático en esta época tan difícil. Un punto especialmente importante del proyecto OLPC es su sistema operativo, conocido como Sugar. Sus desarrolladores han creado a Sugar on a Stick, una versión del sistema operativo especialmente diseñada para ser ejecutada desde un pendrive USB o dispositivo similar, de forma tal que los usuarios puedan experimentar la funcionalidad de un ordenador OLPC.

En su momento, recortar gastos en un ordenador portátil al punto de que su costo sea de aproximadamente cien dólares parecía la quimera más grande que el mundo informático jamás hubiera imaginado. Ahora, ese mismo mundo que antes se horrorizaba ante la idea de ordenadores pequeños y poco poderosos, le ha dado una cálida bienvenida a la estirpe de netbooks y nettops, atractivas tanto por su funcionalidad como por su bajo costo. De esta forma, la OLPC ha dejado de ser una idea loca sacada de una utopía, sino que se ha vuelto más racional que nunca, ayudando a darle forma a la definición misma de la palabra "netbook". Los fabricantes de ordenadores están explorando todas las formas posibles de reducir costos y mantenerse competitivos, lo que inevitablemente se traduce en sistemas más accesibles para los consumidores.

Sin embargo, poco es un ordenador sin alguna clase de sistema operativo que lo acompañe. En lo que se refiere al mercado de las netbooks, existen varias distros de Linux que se llevan de maravillas con esta clase de sistemas, pero lo cierto es que le tomó poco tiempo y esfuerzo al gigante de Redmond atrapar a la gran mayoría del mercado gracias a su fiable Windows XP. Incluso en el modelo OLPC XO-1, el sistema de Microsoft puede ser instalado de forma opcional. En cuanto a su sistema por defecto, Sugar puede ser descargado e instalado en ordenadores que no sean de la familia OLPC (Sugar Labs, desarrolladores del sistema, rompieron relaciones con OLPC), y tiene una versión Live USB que es la que veremos hoy, conocida como "Sugar on a Stick".

Para quienes deseen probarlo, deben tener en cuenta que la descarga de la imagen ISO representa un total de 380 MB. En caso de que por alguna razón no puedan descargarlo a un pendrive USB (se recomienda que posea al menos 2 GB de capacidad), existe la posibilidad de descargar una imagen VDI compatible con VirtualBox, para ejecutarla en un entorno virtualizado. Existen algunas limitaciones al utilizar a Sugar de esta forma, pero si la idea es obtener una primera impresión del sistema operativo, puede que este método resulte mucho más sencillo.

El diseño de Sugar tiene sin lugar a dudas a los niños como objetivo. Iconos relativamente grandes en una interfaz que presenta muy poco texto, con un amplio sistema de historiales y favoritos, le dan forma al sistema. Los niños podrán comenzar a realizar actividades en el ordenador, y cada una de ellas se guarda de forma automática para que se pueda volver a ella más tarde. Esto se aplica a la creación de documentos, dibujos, y otras disponibles en el ordenador. Todas las actividades pueden ser llevadas a cabo de forma compartida gracias a la capacidade inalámbrica de los ordenadores OLPC. Tal y como lo muestra la demo, los usuarios pueden conectarse entre sí e interactuar en relación con una actividad en común, como puede ser crear un dibujo o preparar un texto.

El software también tiene varias opciones de entretenimiento, que a la vez contienen un profundo valor didáctico. Rompecabezas y juegos de memoria están al tope de la lista, con la intención de estimular y formar a los más pequeños. Existe la posibilidad de agregar nuevas aplicaciones y actividades al ordenador, pero hemos visto muy pocos ejemplos al respecto. Tal vez esto esté relacionado con el nivel de desarrollo actual que posee Sugar, ya que su última versión disponible aún no ha alcanzado una numeración 1.0. De hecho, Sugar sufre algunos inconvenientes técnicos que pueden convertir la experiencia de su prueba en algo especialmente molesto. Uno de los ejemplos más conocidos es el de conectar a Sugar a una red protegida, tarea que demanda tiempo y considerables ajustes en la configuración de red. En la misma bolsa se puede colocar a configurar una dirección IP estática para la tarjeta de red. Realizar esto implica invocar una consola y batallar un buen rato con "ifconfig" y sus secuaces de la línea de comandos. Sugar carece de un "panel de control" desarrollado, y aunque su ausencia es lógica (para que los pequeños no alteren la configuración por accidente), quienes deseen probar a Sugar desde un aspecto más técnico se encontrarán con todo un desafío por delante.

Es probable que un usuario adulto quiera salir corriendo ante esta excesiva simplicidad tanto del sistema operativo como su contenido, pero en realidad somos los adultos los que estamos fuera de lugar. Sugar está diseñado para niños. Punto. El sistema operativo fue creado de forma tal que aprendan divirtiéndose, y viceversa. Sus limitaciones de desarrollo fueron en un principio planteadas por el hardware disponible en el primer ordenador OLPC, pero con las opciones actuales (más precisamente hablando, el procesador Atom de Intel), el factor hardware queda relegado frente a cuestiones de tiempo y control de calidad. Lo que hemos visto aquí nos enseña el potencial de Sugar para convertirse en un "sistema operativo educacional" con todas las letras. Algunos han comentado que Sugar podría ser utilizado en ordenadores con algunos años encima. Si el usuario principal va a ser un niño, la idea es muy buena. De lo contrario, existen alternativas de Linux más que viables (Puppy Linux, Slax, la variación Xubuntu que utiliza XFCE, o incluso una instalación "netinstall" de Debian), que podrán satisfacer las demandas más inmediatas, y más adultas.