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Análisis – Singularity

Singularity tiene toda la pinta de ser un FPS igual a todos. Pero la verdad es que toma elementos de juegos como Wolfenstein, Bioshock y Half-Life 2, para luego crear una identidad propia. Con un concepto interesante que se transforma en una historia bastante ridícula, Singularity ofrece una herramienta para maniuplar el tiempo con libertad y opciones interesantes como envejecer enemigos y convertirlos en polvo de un simple movimiento.

Si no te enteraste que ya salió, no te preocupes, es que Activision en verdad no le dio mucha importancia al lanzamiento de Singularity y sufrió por la poca prensa que tuvo. Ahora, está entre nosotros y todo lo que podía decirse quedó atrás. Raven Software no ha logrado mostrar su verdadero potencial en sus últimos juegos y espera que esta licencia original le pueda devolver el prestigio que disfrutaba hace una o dos década atrás. ¿Será lo suficiente original? Echémosle un vistazo.

El juego comienza explicando cómo durante la Guerra Fría, Rusia consiguió un raro elemento conocido como E99 con el cual llevaron a cabo experimentos en una isla llamada Katorga-12. Ahora, tú como el soldado estadounidense Nate Renko, debes investigar una extraña emisión de radiación proviniente de la isla. Lo que encuentras al llegar, es un lugar abandonado, destruido y repleto de horribles secretos a flor de piel, que están al borde de resucitar. Allí es donde encuentras el TMD, un bonito aparato que te permite manipular el tiempo. Y no el tiempo en sí, sino el tiempo de objetos  y personas.

Aunque el juego hace un excelente trabajo de explicar la historia en un corte de escena inicial y el concepto tiene mucho potencial, hay que decir que la historia es mala de principio a fin. La narración, los personajes y todo lo que podría contribuir son ridículos y no de la buena manera. Singularity copia muchos elementos de Bioshock, como los audios que encuentras desperdigados por los escenarios, los cuales intentan contar la historia, pero de una manera poco interesante y en algunos caso irrisoria.

En cuanto a las armas, todas son extremadamente tradicionales, pero Raven Software ha hecho un buen trabajo de darles cierto giro de tuerca que las hace sentir únicas. Por ejemplo, el rifle francotirador te permite ralentizar el tiempo y un rifle automático te permite direccionar las balas. Son pequeños detalles que, como dijimos, le dan frescura a armas que ya conocemos de memoria. Fiel a la tradición de Raven Software, las armas tienen una sensación gratificante cuando son disparadas, pero los enemigos no. Algunos no reciben bien los disparos y cuando la acción es intensa, cuesta ver si los disparos están dañando a los enemigos.

Las armas tienen sus secretitos, es cierto, pero la verdadera diversión del combate se encuentra en la manipulación temporal que se puede lograr con el TMD. Puedes atacar a tus enemigos haciendolos envejecer hasta convertirlos en polvo, lanzar una bola de energía que ralentiza todo lo que quede dentro, lanzar barriles explosivos y una gran cantidad de poderes que son muy divertidos de usar en combinación con los distintos enemigos que te atacan. Y es divertido no solo por la variedad de poderes, sino por las maneras diferentes en las que responden los enemigos. La inteligencia artificial no es muy buena, es más, muchas veces los encontrarás cubriéndose del lado equivocado, pero sus características hacen que respondan de distintas maneras.

Y poder controlar el tiempo no solo da excelentes oportunidades para el combate, sino también para resolver puzzles una vez fuera de la acción. Por lo general son muy simples, pero eso no quita que sean divertidos y gratificantes. Por ejemplo, por momentos solo deberás reconstruir una escalera y retornarla a su mejor estado y en otras ocasiones mover algun objeto como si se tratara de la Gravity Gun de Half-Life 2. Más allá de ser fáciles, en su mayoría, son muy inteligentes

Uno de los puntos más flojos de Singularity es el aspecto gráfico. Esto ya le había ocurrido a Raven Software con Wolfenstein y al parecer no pudieron corregirlo, a pesar de que se ve notablemente mejor. Por momentos, puedes verse muy bien, pero cuando se lo examina en detalle, siempre termina teninedo un impacto muy negativo. Las texturas son de baja resolución y se ven borrosas, las animaciones dejan mucho que desear y de los rostros de los personajes mejor ni hablar. Bastante a contra mano, Singularity tiene un estilo artístico muy característico que hace las limitaciones técnicas mucho más fácil de llevar.

Como todos los juegos de hoy en día, puedes mejorar tus armas y el TMD con puntos que recoges en los escenarios, pero en verdad no es un sistema muy complejo. De cada arma solo puedes mejorar tres puntos, como el daño, la velocidad de recarga y el tamaño de los cartuchos. Y luego tienes el TMD, que en vez de mejorarlo, te permite desbloquear distintas habilidades. Por lejos, este es el más interesan te del aspecto de mejoras, que te permite elegir las habilidades que mejor se acomodan a tu estilo.

El modo multijugador a primera vista puede parece un poco descuidado, ya que solo presenta dos modos de juego. Sin embargo, tanto Extermination como Creatures Vs. Soldiers, son muy interesantes por la posibilidad de utilizar soldados y criaturas. Mientras que los soldados no son muy diferentes a la campaña principal, las criaturas son un cambio muy diferente, donde puedes lastimar enemigos y curar aliados vomitando sobre ellos, con otra puedes saltar sobre la cabeza de un soldado y controlar su cuerpo. Además, los mapas están arreglados de tal manera que siempre te tocará jugar de ambos bandos.

En muchos aspectos, Singularity parecería querer ser un clon de Bioshock o Half-Life 2, sin embargo, en el fondo es un shooter con un estilo muy propio. Toma elementos de muchos juegos de acción, pero ya dentro del intenso combate, tiene una manera muy única de darte la libertad necesaria para experimentar con todos los poderes de manipulación el tiempo. No reinventa el género ni mucho menos, pero si quieres un decente juego de acción, aquí tienes uno que sin dudas no defraudará. Singularity se encuentra disponible para PC por €59,98 y Xbox 360 y PlayStation 3 por €69,98.

Conclusión: Aunque cree que tiene una buena historia para contar, a fin de cuentas Singularity es un FPS muy entretenido.

Puntaje: 76%

Escrito por Tomás Garcia

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