¿Recuerdas el primer Red Steel? Sí, no fue muy bueno. Pero Ubisoft ha corregido todos sus errores en esta secuela. ¿Por qué? Porque no se parece en nada al juego original. En un mundo donde las Katanas y revólveres son cosa de todos los días en el Lejano Oeste, Red Steel 2 ofrece una de las mejores experiencias de acción en toda la plataforma. Sigue leyendo para enterarte cuán diferente es.
En 2005, cuando la Nintendo Wii no era más que un nombre gracioso, la empresa japonesa mostró Red Steel y, más allá de los gráficos, estábamos muy impresionados por lo que veíamos. Había muy buena fidelidad de movimiento y las peleas con sables se veían increíbles. Claro que todo eso cambió cuando lo tuvimos en nuestras manos. Más allá de la novedad de apuntar con el Wiimote, nada del juego era bueno y nuestros sueños y esperanzas se hicieron trizas. Ahora Ubisoft presentó la secuela y, una vez más, se ve verdaderamente bien. ¿Acaso esta serie está condenada a “verse bien” o realmente vale la pena?
Desde el vamos, estéticamente es completamente diferente y eso es algo positivo. Mientras que el original se parecía a cualquier otro juego de acción, Red Steel 2 no se parece a ninguno. Es una extraña mezcla entre el Lejano Oeste y Japón, con una sana cuota de revólveres y Katanas. Un mundo tan extraño como único donde ocupas el rol de un héroe sin nombre perteneciente a los Kusagari, un clan cuyo objetivo es proteger a los ciudadanos del Oeste Rojo de los motociclistas rebeldes que causan caos en las tierras. Probablemente, una de las similitudes más grandes entre ambos títulos, es la pésima historia. En ningún momento se toman tiempo de explicar nada y esperan que entiendas todo lo que hay que hacer cuando la mayoría de las veces, te enteras mientras lo haces. Pero afortunadamente, quien juegue Red Steel 2, no lo hará por la trama.
A diferencia del primer juego, la acción sí es divertida y se basa más que nada en pasar fluidamente entre la Katana y el revólver. Como es de esperarse, apuntas con el Wiimote y te mueves con el Nunchuk. Es una lástima que como todos los juegos, Red Steel 2 utilice movimientos predeterminados en vez de imitar los movimientos hechos por el jugador, pero ya nos hemos acostumbrado. Aún así, la acción es muy divertida y en varios puntos llega a ser bastante gratificante. Con el sable tienes todos los ataques que uno esperaría y, en caso de que inmovilices a un enemigo, podrás hacer uno de varios ataques finales.
Para mantener las cosas frescas, Red Steel 2 va ofreciendo nuevas armas y ataques a medida que avanzas, como devolverles las balas a tus enemigos de un solo golpe. Pero como el juego nunca es demasiado fácil, el desafío se mantiene, solo que con más maneras de lidiar con ellos. Esto es bueno porque la inteligencia artificial es bastante mala, de modo que las olas de enemigos que te lanzan constantemente hacen un buen trabajo de disfrazar un poco su incompetencia.
Como con el título original, este juego también tiene un punto de venta que le ayuda a Nintendo. Red Steel 2 es el primer juego que necesita obligatoriamente Wii MotionPlus, el agregado que le da más fidelidad al Wiimote. Si no tienes el accesorio no te preocupes, porque cada copia incluye uno. El juego hace un excelente trabajo de demostrar las diferencias del accesorio en el contexto del juego. En verdad mejora la experiencia considerablemente. Sobre todo a la hora de usar el sable, los movimientos son trasladados con mucha más atención.
En definitiva, Red Steel 2 es un mucho mejor juego que su predecesor y probablemente uno de los mejores FPS para Nintendo Wii. Si lo comparamos con otro del género está lejos de ser el mejor, pero en la consola de Nintendo, hace mucho que no vemos un FPS tan divertido. Tiene un estilo muy particular y uno de los mejores gráficos en toda la consola. Si tienes una Wii y quieres un buen juego de acción, definitivamente esta es la opción correcta. Puedes conseguir Red Steel 2 exclusivamente para Nintendo Wii por €46,95.
Puntaje: 78%
Conclusión: Una gran mejora desde el primer título y uno de los FPS en la plataforma.
