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Análisis: Dreamlinux 3.5

Cuando anunciamos la entrada al campo estable de la versión 5.0 de Debian, mencionamos que esta versión de Linux ha servido como base para múltiples distros, entre las que se encuentra la archipopular Ubuntu. La solidez de Debian es un excelente punto de partida para cualquiera que desee diseñar su propia distro y lanzarla al ruedo. Dreamlinux utiliza a Debian como base, pero al mismo tiempo es una distro que se enfoca en no escatimar opciones multimedia para reproducir audio y vídeo sin la necesidad de configuraciones adicionales, además de poner especial atención a su entorno gráfico, con un sistema muy similar al "Dock" disponible en OS X.

Al tener ya algunas horas de vuelo sobre Debian y Ubuntu, nos sentimos lo suficientemente confiados como para darle un vistazo más cercano a Dreamlinux. Esta distro de origen brasileño cuenta con dos versiones, una con XFCE como entorno gráfico, y la otra con GNOME. La diferencia entre ambas es de poco más de 200 MB, pero también influyen cuestiones como el rendimiento del ordenador en el que se va a instalar. Aún así, debemos mencionar que Dreamlinux es una distro que posee varios efectos y animaciones, ya que Compiz viene instalado por defecto. Si el ordenador no tiene la memoria o el poder de vídeo suficiente, es probable que termines con una mala impresión, aún utilizando un entorno más liviano como XFCE.

El método de instalación es, bueno, cuestionable. La distro viene en un formato de Live CD, y la instalación se realiza desde su interior. Esto permite obtener una garantía extra: Si el Live CD se inicia sin problemas, podemos esperar lo mismo de la instalación final. Sin embargo, nos encontramos al "Dreamlinux Installer", el cual resultó ser un sistema de instalación demasiado tosco y poco informativo. Primero se negó a reconocer al disco duro hasta que creamos una partición manualmente con GParted, que por suerte vino con la distro. La detección de discos y creación de particiones suele ser parte del proceso de instalación (así sucede tanto en Debian como en Ubuntu), y no debería demandar un paso extra relativamente complejo como la creación manual de una partición. Y como dato adicional, no nos permitió realizar ninguna modificación a nivel de software a instalar o paquetes adicionales. Siempre he sido un defensor férreo de la modularidad de Linux, pero el encontrar una instalación tan inflexible como la de Windows XP fue algo decepcionante.

Tras su instalación, la distro necesitó algunos ajustes adicionales. Si te interesa probar esta distro bajo un entorno virtualizado como VirtualBox, deberás realizar una pequeña edición al archivo "xorg.conf", ya que la distro viene con una resolución "estancada" de 1024 por 768 pixeles, lo que impide cambios dinámicos en la resolución de pantalla. Al comienzo esto nos generó problemas con el Dock terminando fuera de la pantalla, o hacia uno de los lados, pero tras un reinicio todo volvió a su lugar. Resuelto ese detalle pudimos explorar algunas de las capacidades multimedia de ladistro. Dreamlinux trae a Adobe Flash integrado, por lo que no se debió realizar ningún paso adicional para hacer trabajar la extensión con Firefox. El sitio YouTube funcionó sin inconvenientes, incluso con vídeos en alta definición. Totem está presente para encargarse de las reproducciones, aunque nos sorprendió un poco (sólo un poco, ya que esto puede hacerse) verlo en una instalación XFCE.

Lo cual nos lleva a la elección de software en Dreamlinux. Obviamente estamos tratando con una distro que intenta darle al usuario final el mayor grado de funcionalidad posible, pero algunos programas pueden no ser del todo adecuados. La distro utiliza los repositorios de Debian Lenny, que si bien son increíblemente estables, no se caracterizan por poseer un software actualizado. La distro tiene un kernel más avanzado del que se puede encontrar en los builds actuales de Debian, pero verlo en combinación con OpenOffice 2.4 o Firefox 3.0.6 hace que las cosas se vuelvan un poco contradictorias. Una gran porción del software será actualizado a la primera sesión con Synaptic (o disparar un apt-get en la consola, lo que se prefiera), aunque debes tener en cuenta que la distro tiene fecha de febrero pasado, y la descarga será de aproximadamente 300 MB.

El concepto de Dreamlinux es muy interesante, intentando entregar un "Debian fácil, funcional y agradable". Lo primero que juega en su contra es que ya existe una distro que entrega un Debian fácil, funcional y agradable: Se llama Ubuntu. Pero más importante aún es que Dreamlinux tiene algunos bordes muy afilados que necesitan ser removidos. El proceso de instalación es malo en nuestra opinión, y sus desarrolladores deberían buscar la forma de que no haya consecuencias al utilizar un nivel de repositorios más alto en Debian. Ya han pasado cuatro meses desde la fecha que poseen las versiones de Dreamlinux. Esperamos que sus desarrolladores ya se encuentren trabajando en una nueva versión más pulida, y con la opción de una instalación más flexible para aquellos que deseen personalizarla un poco desde el comienzo.

Escrito por Lisandro Pardo

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