Después de haber registrado ganancias en mucho tiempo, con un leve aumento en sus ventas y la inyección de dinero proveniente del acuerdo con Intel, AMD se encuentra en una posición aparentemente más sólida que hace algunos meses. El mercado se presenta mucho más competitivo que antes, y ahora depende de las empresas y sus productos el obtener un resultado positivo. La salida del procesador i5 y el reciente i3 de Intel han puesto en apuros a la gama media-baja de procesadores de AMD, pero en Sunnyvale contestaron de la manera que mejor conocen: Han ampliado la oferta de procesadores, lanzando cinco modelos diferentes, compatibles con la plataforma existente, y con rangos de precios más que accesibles.
El humor ha cambiado un poco entre las filas de AMD. Si bien todavía se pueden observar muchos rojos en sus cuentas, el último cuatrimestre del año 2009 registró un repunte. Esa ganancia está fundada en los 1250 millones de dólares que recibió de Intel, y aunque muchos remarcan que sin el dinero recibido de Intel la situación seguiría siendo complicada, lo cierto es que la curva de pérdida en AMD parece estar volviéndose menos pronunciada de lo que era hace algunos meses atrás. Por supuesto, también hay que vigilar otros aspectos como sus acciones, que se mantienen flotando en los ocho dólares, con algunas bajas y prontas recuperaciones. El hecho de haber obtenido ese dinero de Intel no garantiza nada, pero con un mercado más limpio, las cosas deberían ir mejor para AMD, al menos en teoría.
Abandonando un poco a las cortes, Intel regresó a aquello que sabe muy bien: Hacer procesadores. El zócalo LGA 1156 se encuentra ahora con dos muy buenos exponentes en materia de procesadores, los i5 y los recientes i3. Estos últimos han aplicado mucha presión en la línea "mainstream" de AMD, que si bien tiene la ventaja en materia de precios, algunos detalles de rendimiento se han vuelto un poco incómodos de sortear. Por esta razón es la que queremos que haya libre competencia en el mercado de hardware. Las respuestas de los fabricantes dejan de hacerse a través de declaraciones, y se vuelcan a mejorar tanto sus productos como sus ofertas. En esta ocasión, AMD ha lanzado al mercado la nada despreciable suma de cinco procesadores, de sus familias Athlon II y Phenom II. Todos utilizando el zócalo AM3, estos procesadores poseen especificaciones de entre dos y cuatro núcleos, con velocidades de reloj que van desde los 2.6 Ghz hasta los 3.2 Ghz.
Como siempre en estos casos, un punto especialmente atractivo en los procesadores de AMD es el precio. El Athlon X2 255 se presenta como una interesante opción de bajo costo, con un valor de 74 dólares cada mil unidades. El nuevo Phenom II X2 555 ha sido fabricado como Black Edition, lo que significa que posee los multiplicadores liberados. Aquellos aficionados del overclocking han sabido exprimir hasta la última gota de rendimiento de estos procesadores, alcanzando frecuencias más altas y estables. El integrante mayor de esta tanda es el Phenom II X4 910e, con un diseño térmico de apenas 65w, ideal para colocar cuatro núcleos en un HTPC de alto nivel. Intel comienza a ganar tracción en el término medio con sus i5 y sus i3, mientras que AMD sigue expandiendo su oferta. El hecho de que ambas empresas mantengan unificadas a su plataforma (Intel ya tiene i3, i5 e incluso i7 con el LGA 1156, mientras que AMD posee a su AM3) las hace aún más competitivas entre sí. La elección entre Intel y AMD parece estar enfocándose cada vez más en una cuestión de precios y de gusto personal, porque en lo que a rendimiento se refiere, las cosas están bastante parejas. Algunos pueden decir que los procesadores de AMD necesitan "un núcleo extra para igualar" a los de Intel, pero a la hora de las aplicaciones optimizadas para hilos múltiples, el escenario puede darse vuelta de golpe, lo cual demuestra qué tan flexible es la diferencia entre ambas marcas.