Los entusiastas del hardware AMD han tenido dos series de APUs bajo el mismo zócalo, pero con 2014 en pleno efecto, es hora de hacer lugar a Kaveri. Su fabricación en 28 nanómetros y la presencia de Graphics Core Next en el vídeo integrado le permite, en el peor de los casos, mantener su rendimiento de CPU intacto, con sólidas mejoras en materia gráfica.
Para algunas personas es como si el feriado de Año Nuevo hubiese sido ayer, pero ya nos encontramos quince días dentro del mes de enero. El CES 2014 cubrió la gran mayoría de los anuncios sobre electrónica de consumo, sin embargo, el primer lanzamiento de relevancia en 2014 para los consumidores de hardware llega de la mano de AMD con sus nuevos APU Kaveri. A modo de repaso, Kaveri es “tercera generación de Bulldozer”, y reemplazante directo del APU Richland, basado en los módulos Steamroller (tanto Trinity como Richland son Piledriver). Los modelos que por ahora se conocen bajo el ala de Kaveri son cuatro: A8-7600 en versiones de 45 (3.1/3.3 GHz) y 65 vatios (3.3/3.8 GHz), el A10-7700K (3.5/3.8 GHz) y el A10-7850K (3.7/4.0 GHz), ambos de 95W. En líneas generales, todos los APU Kaveri retroceden levemente en su frecuencia aunque ganan más instrucciones por ciclo (entre 20 y 30 por ciento), lo cual ayuda a mantener el equilibrio y lograr una mayor eficiencia. Aún así, el jugador estrella en estos nuevos chips no es otro más que el vídeo integrado, perteneciente a la serie Radeon R7 con la arquitectura Graphics Core Next.
Como era de esperarse, la fiesta de la retrocompatibilidad se ve interrumpida con la llegada de Kaveri. Los nuevos chips utilizan el zócalo FM2+, cuya diferencia frente al FM2 es de apenas dos pines. Mientras que Trinity y Richland pueden ser instalados en placas base con zócalo FM2+, los nuevos chips son incompatibles con el zócalo FM2 tradicional, por lo tanto, el salto a Kaveri requiere un nuevo motherboard. Otro punto para destacar con el debut de Kaveri y los módulos Steamroller es el desierto en que se convirtió la familia FX. No habrá ningún CPU con Steamroller para el zócalo AM3+ en 2014, algo que AMD confirmó en noviembre pasado, y que nos hace pensar si es tiempo de mirar a la oferta de APU con otros ojos.
Después de tres generaciones, creo que no es tan complicado llegar a una conclusión. El primer paso es, más allá de los deseos que tiene AMD de unificar términos, volver a dividir al APU en CPU y GPU. Por el lado del CPU, es poco probable que las cosas cambien. Los “hijos de Bulldozer” son definitivamente inferiores a las ofertas de Intel, y lo mejor que puede hacer AMD, además de abandonar cualquier idea de reinterpretar benchmarks o aplicar trucos de relaciones públicas, es llevar adelante la mejor transición posible, cerrando el ciclo con Excavator en 2015. Por el lado del GPU, la historia es muy diferente. Aunque la lógica nos demanda hablar de partidas 720p para lograr framerates aceptables en vídeo integrado, lo único que tiene Intel para dar pelea a la legión Radeon es su Iris Pro (de disponibilidad limitada a través de chips que cuestan 300 dólares más en promedio), y AMD Kaveri no hace más que ampliar la brecha. En otras palabras, se repite el ciclo: Si la idea es jugar en resoluciones modestas sin incendiar el presupuesto, y las consolas no son una opción, los nuevos chips Kaveri son lo que estás buscando. Para cerrar, quisiera hacer una breve mención a la informática heterogénea en la que AMD lleva tanto tiempo trabajando. Su potencial es enorme, y hasta aquí, Kaveri tal vez sea su mejor representante, incluso frente a soluciones destinadas a otras plataformas. El resto, depende de los desarrolladores.
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