Las tasas variables de actualización se convirtieron en un sólido recurso para eliminar de raíz algunos problemas que sufren los jugadores más exigentes, como el lag, el tearing, y el stuttering de cuadros cuando el V-Sync se encuentra activo. Nvidia llegó primero al mercado con su solución de hardware G-Sync, mientras que AMD hizo lo suyo presentando a FreeSync, una alternativa más enfocada en el software. Ambas se encuentran en niveles similares, pero AMD busca dar el siguiente paso con FreeSync 2, que se concentrará en los inconvenientes asociados al HDR.
Algunos años atrás era suficiente con disfrutar de los últimos juegos a una velocidad razonable. Ahora, las exigencias cambiaron por completo. El avance del 4K, los entornos de alta competencia y un mayor énfasis sobre lo gráfico provocaron que ciertas limitaciones clásicas ya no sean toleradas. La pérdida de fluidez al utilizar el V-Sync, los desgarros en la imagen causados por su desactivación y el siempre presente lag se transformaron en enemigos públicos de compañías y jugadores por igual. Este nuevo campo de batalla dio lugar a desarrollos como el G-Sync de Nvidia, y el FreeSync de AMD. El mercado cuenta con una amplia variedad de pantallas compatibles con ambas tecnologías, sin embargo, hay un nuevo rival en el horizonte, y se trata del HDR. Así llegamos a FreeSync 2.
FreeSync 2 fue anunciado por AMD no como un reemplazo directo de FreeSync, sino como una estrategia paralela y complementaria, que además carga con un componente de negocios muy importante. El soporte HDR en Windows deja bastante que desear. Ni siquiera el update de aniversario de Windows 10 ha brindado soluciones que el mercado considere satisfactorias, y aunque sea difícil de creer, la última generación de consolas se encuentra un escalón más arriba en ese aspecto (el perfil HDR10 ya fue asimilado por la PlayStation 4 y la Xbox One S). Un HDR implementado de forma deficiente se traduce en lag, pero con la ayuda de FreeSync 2, el proceso es más directo, rápido, y sencillo. El desarrollo de FreeSync 2 también incluye un sistema de intercambio automático, de modo tal que el escritorio de Windows pueda seguir trabajando con sRGB, y cuando se ejecuta un juego compatible, pase a FreeSync 2 sin incidentes.
El problema es que FreeSync 2 es mucho más exigente. Después de todo, ya no se trata de tasas variables, sino que el HDR aparece en la jugada. Aquí es cuando se manifiesta el «componente de negocios». Para que FreeSync 2 llegue a buen puerto, AMD necesitará sumar varios socios en hardware y software, lo que equivale a certificaciones. Los juegos deben conocer las especificaciones del monitor, las cuales tienen que ser anunciadas por el hardware en sí. Pero no es una situación imposible. La recepción de FreeSync entre los fabricantes ha sido buena (más de 100 modelos compatibles), y con sumar soporte a los principales motores gráficos, estaría en buen camino.