Alter Ego es un juego único. Una rareza en el catálogo del Commodore 64, salida allá por el año 1986. Una joya irrepetible, con una premisa super original: simular toda tu vida, desde el momento de tu concepción hasta el día de tu muerte, mediante una interfase basada en texto.
Sí, un simulador de vida 99% de texto, al mejor estilo “Elige tu Propia Aventura“, y en donde cada decisión tiene una consecuencia. Una juego largo y para valientes, lleno de posibilidades, con múltiples finales y cientos de preguntas que responder. Pero, más que nada, es un test de personalidad masivo, inmenso, colosal. Que, tanto durante su desarrollo como en su inevitable final, te dejará con varias conclusiones personales muy interesantes.
Completamente en inglés, Alter Ego comienza definiendo un perfil del usuario. Si quieres “simular” tu propia vida, asegúrate de seleccionar la primera opción y contestar las preguntas del test de personalidad. Esto es importante si quieres que el personaje jugador se parezca lo más posible a ti (dentro de los límites del sistema, claro está). Y es que el juego cuenta con 12 características diferentes (resistencia física, inteligencia, felicidad, confianza, entre varias otras), todas muy importantes durante el desarrollo de tu vida, a las que se les asignará un puntaje inicial dependiendo de tus respuestas en el test.
Luego, directo a tu nacimiento. O, más bien, a las decisiones previas a tu nacimiento. ¿Quieres quedarte un ratito más allí dentro? ¿Quieres salir calmo o más bien dando pelea? Así comienza tu odisea por la vida de tu alterego virtual, desde el prólogo mismo. Todo en Alter Ego sigue la misma lógica. Situación tras situación, el juego te permite elegir no solo qué harias, sino también con qué actitud lo harías. Dependiendo de tus respuestas y características, el juego luego resolverá qué sucede en cada uno de los casos planteados. Te toca ganar y te toca perder.
Las etapas de la vida, según Alter Ego, son siete. De la infancia a la vejez. El juego termina, como era de esperarse, cuando mueres. Así que, como en la vida misma, no creas que tu participación implica ver todos los niveles. También te puedes ir antes…
Cada etapa en la vida de tu clon virtual está dividida en cartas sobre un tablero. Tú puedes ir descubriéndolas en el orden que quieras. Cada carta es específica a una de tus características (dependiendo del dibujito). El sistema usará esa característica a la hora de resolver la situación en cuestión. Las preguntas no siempre son lineales y tienen varias resoluciones: todo dependerá de la característica en juego y de las acciones elegidas.
Al principio, muchas de tus respuestas no generarán mucho cambio en nada, porque a los niños y a los adolescentes se los tolera con mayor facilidad. Ya entrada la adultez, no tendrás mucha simpatía de la gente si te comportas como un idiota y las consecuencias de tus acciones serán mucho más graves.
Avanzando en el juego, podrás ahorrar dinero, entrar en deuda, estudiar, comenzar y terminar carreras, sumar adquisiciones, enamorarte, casarte, tener hijos y todo eso que se supone que uno debe hacer cuando está vivo. O no. A medida que “estás en edad”, se te irán habilitando (a los laterales del tablero) cartas con circunstancias específicas relacionadas a esos temas. Dependiendo de tus elecciones y tus características, los resultados variarán en mayor o menor medida.
Cómo jugar Alter Ego
Lo mejor de todo es que si este artículo te ha hecho picar la curiosidad por Alter Ego, no tienes que esperar ni un segundo para comenzar tu nueva vida virtual. Hay varias opciones para jugar esta genialidad.
1) La más simple es ir a Play Alter Ego, elegir la opción Play Now For Free y jugarlo con tu navegador. El contenido del juego es el mismo, solo que la interface es 100% web. Eso sí, cada vez que terminas un capítulo deberás esperar un tiempo para seguir jugando. Esa es la limitación de la versión gratuita.
2) Si quieres gastar unos dinerillos, puedes comprar la reversión para Steam o en sus versiones móviles para iOS y Android. Todas estas están completas y no tienen tiempo de espera entre capítulo y capítulo.
3) Por último, y si quieres ese sabor vintage que solo puede ser rescatado jugando al original, y gracias al poder de la emulación en línea, tan solo tienes que pasar por ClassicReload (sitio que recomendó mi amigo Matías hace unos días) y elegir esta versión si eres nene o esta versión si eres nena. La emulación de C64 está muy bien y los controles no son nada complejos. Mueves el cursor con las flechas y seleccionas con CTRL. Presionar ESCAPE habilita el menú de opciones para, entre otras cosas, salvar y grabar partidas (aunque eso puedas hacerlo más fácil desde la página pinchando SAVE y RESTORE).
Si no estuviste nunca frente a un C64, tal vez la mayor dificultad la tengas cuando el juego te pida que cambies el disquete. Esto es bastante simple en ClassicReload. Si te fijas, debajo de la pantalla del juego hay un menú desplegable llamado Disk Box. Todos los archivos allí presentes (.d64), pertenecen a una de las caras de cada disco. Alter Ego ocupa tres discos, o sea seis caras (arriba y abajo) y por lo tanto seis archivos .d64. El archivo Altegom0.d64 es la cara arriba del disco 1 y Altegom1.d64 la cara abajo. Y así con todos, en orden. Cuando el juego te pida que cambies el disco, tan solo selecciona el disco en cuestión con el ratón. Luego pincha sobre la pantalla y selecciona CONTINUE con la tecla CONTROL. Así de simple.
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Eso es todo. Una versión primitiva de “Roy: A Life Well Lived“, mucho antes de Rick and Morty. Si tienes tiempo y paciencia, Alter Ego resulta una experiencia bastante única. ¡Espero que lo disfrutes y que tengas una vida larga y próspera!