Un grupo de científicos pertenecientes a la Universidad Nacional Tsing Hua, de Taiwán, y el Instituto Karlsruhe de Tecnología en Alemania, han utilizado el ADN de los salmones para crear un dispositivo de memoria del tipo WORM, que se puede escribir una sola vez pero leer muchas. La base del invento es una delgada membrana de ADN de salmón recubierta con iones de plata y colocada entre dos capas de electrodos y puede retener los datos almacenados durante mucho tiempo. El equipo asegura que este invento podría convertirse en una alternativa económica a los medios de almacenamiento tradicionales.
Parece que la “moda” de utilizar materiales biológicos para procesar o almacenar datos sigue vigente. La ultima novedad en este campo es que un grupo de científicos pertenecientes a la Universidad Nacional Tsing Hua, de Taiwán, y el Instituto Karlsruhe de Tecnología en Alemania, han utilizado el ADN proveniente del semen de los salmones para construir un dispositivo de almacenamiento de datos del tipo WORM (por “write-once-read-many”, o “escribir-una-vez-leer-muchas”). Además de ser una curiosidad científica, este experimento ha revelado que un dispositivo construido sobre tan extraña base podría ser más barato que uno similar construido a partir de materiales convencionales como el silicio. Este tipo de memoria consiste en una delgada membrana de ADN de salmón que se recubre con iones de plata y se coloca entre dos capas de electrodos.
El dispositivo usa una membrana delgada de ADN de salmón, recubierta de iones de plata y emparedada entre capas de electrodos. Cuando este “sándwich de salmón y plata” es iluminado con luz ultravioleta, los átomos se agrupan formando nanopartículas capaces de atrapar electrones. Al iluminar estas regiones con un láser se vuelven eléctricamente conductivas, situación que se puede comprobar utilizando los electrodos. De esa manera, se puede utilizar luz ultravioleta para “grabar” los datos (una vez) y luego el láser para leerlos (muchas veces). Los resultados y detalles de este trabajo han aparecido en la última edición de la prestigiosa publicación Applied Physics Letters, y aunque seguramente no hace falta aclararlo, seguramente pasará bastante tiempo antes de que este experimento se convierta en un sistema de almacenamiento de datos disponible al gran público.