Cuando la matemática entra en juego dejando de lado las emociones y acciones imprevisibles de los individuos así como también las contingencias más desastrosas, los atascos de tráfico de repente no tienen sentido ni razón de ser. El MIT descubrió que si se integra en los sistemas de control de crucero adaptativo, un nuevo algoritmo podría mitigar el tipo atascos de tráfico que suceden sin razón aparente.
La invención del coche y la masificación del mismo han hecho de las rutas un sujeto-objeto científico más, ya que desde 1930 se buscan explicaciones a los atascos de tráfico que se dan regularmente. Muchas veces la explicación se encuentra en las contingencias propias de los transportes, como los accidentes, las averías o la construcción sobre la vía. Sin embargo, los modelos matemáticos que se han elaborado sobre los atascos no han podido evitarlos, y esto sucedía porque esa inestabilidad en el flujo de tráfico estaba dada por razones que no están más del lado del comportamiento imprevisible de los conductores que de las contingencias antes citadas.En la IEEE Conference on Intelligent Transport Systems, un profesor del MIT a cargo del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la computación, Berthold Horn, presentó un nuevo algoritmo para aliviar estas congestiones, que aplicado junto a los sistemas de control de crucero adaptativo podría ser la opción que estamos esperando para la conducción del futuro.
Ya hemos tratado anteriormente sobre los sistemas de control de crucero adaptativo que vienen instalados en los coches de alta gama de última generación. Estos utilizan sensores, como radares o telémetros láser, para controlar la velocidad y la distancia del vehículo que va por delante. De esta manera, ante un atasco de tráfico, el vehículo va a reducir su velocidad o aumentarla a medida que haya posibilidades de avanzar manteniendo la distancia con el coche que va adelante. Cambiando el eje de pensamiento, Horn ideó un algoritmo que también toma en cuenta la distancia del coche que va detrás, por lo que el coche estabilizará mejor su velocidad evitando los frenados bruscos. Horn llama a este algoritmo “control bilateral”.
En el gráfico vemos cómo funciona el algoritmo del sistema de control de crucero para atascos de tráfico que actualmente se está desarrollando, pero a partir del minuto 1 se empieza a implementar el algoritmo de Horn, con resultados formidables en lo que hace a aliviar el congestionamiento. Luego de probarlo varias veces, Horn pudo dar con el algoritmo adecuado al utilizar la ecuación de onda amortiguada, que describe cómo las oscilaciones se desvanecen a la distancia. Matemáticamente modelado, el sistema dinámico fue demostrado usando la función de Lyapunov, de uso común en las técnicas estándar de teoría de control. El algoritmo de Horn funciona, pero requiere que un buen porcentaje de los coches estén utilizando el sistema de crucer con este algoritmo en particular. Como todavía son opciones sólo disponibles para los coches de alta gama, la adecuación práctica no llegará hasta dentro de unos cuantos años.