Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta nació el 18 de febrero de 1745, y el mundo entero lo conoce mejor por la creación de la llamada pila voltaica (la primera batería electromecánica) en el año 1799. Sin embargo, no todos saben que Volta llegó a ese diseño por un «desacuerdo profesional» con otro gigante italiano de la electricidad, Luigi Galvani. Mientras Galvani defendía el concepto de «electricidad animal» que había descubierto previamente, Volta estaba convencido de que podía reproducir el mismo efecto sin seres vivos de por medio…
La historia nos dice que Luigi Galvani se encontraba en plena disección de una rana sobre una mesa en la que Galvani y su esposa, la científica Lucia Galeazzi Galvani, habían realizado experimentos con electricidad estática. Dependiendo de la fuente, fue el propio Galvani, su esposa o un asistente quien tocó el nervio ciático de la pata de la rana con un bisturí cargado, y provocó que la pata se moviera sola. Ante semejante descubrimiento, el científico repitió el procedimiento con otros animales, y llegó a la conclusión de que la activación muscular se debía a la presencia de un fluido eléctrico transportado por los nervios hasta los músculos. Así nació la idea de «electricidad animal».
En aquel entonces, Alessandro Volta ya era profesor de física experimental en la Universidad de Pavía, cargo que ocupó durante décadas. Volta fue uno de los primeros científicos en repetir y verificar los resultados de Galvani, y en un principio aceptó de lleno la hipótesis de Galvani, pero con el paso del tiempo y algunas investigaciones posteriores, Volta comenzó a dudar del «factor animal». La pata de la rana no era más que un conductor y detector de electricidad, por lo que la generación de «corriente eléctrica» era responsabilidad de los metales.
Al reemplazar la pata de rana con un trozo de papel empapado en salmuera, Volta había comprobado que la electricidad no era algo exclusivo de los seres vivos. El conflicto entre Volta y Galvani fue inevitable, y a partir de aquí existen diferentes versiones. Una de ellas es que ambos mantuvieron un intenso pero respetuoso desacuerdo científico, mientras que otra sugiere una extensión del enfrentamiento a sus universidades, y a la comunidad internacional. En lo personal me inclino por lo primero, ya que fue Volta quien sugirió el término «galvanismo» para describir la producción de electricidad a través de una acción química.
Las diferencias quedaron resueltas en el año 1799 con la creación de la pila voltaica, formada por discos de cobre y cinc con separadores de cartón saturados de salmuera (o una solución de ácido sulfúrico y agua) actuando como electrolito. Al final del día, Volta demostró que tenía razón (aunque ignoraba varios detalles químicos sobre su pila), sin embargo, Galvani no vivió para verlo ya que había fallecido un año antes, producto de un deterioro general en su salud (al que muchos vinculan con la muerte de su esposa en 1790). En cambio, Volta fue condecorado en varias oportunidades, especialmente por Napoleón Bonaparte, pero a pesar de su éxito, jamás abandonó su preferencia por una vida más tranquila y «doméstica». Volta y Galvani fueron dos titanes que chocaron, y a partir de ese impacto, revolucionaron al mundo entero.